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Discípulo de una escuela que con pasión construyó por décadas desde los cimientos hasta el techo en Olavarría el profesor Walter Laenge, Pablo Acosta atravesó el pasado 22 de julio el momento más importante de su carera, al recibir la certificación internacional de árbitro de softbol en el Seminario Internacional de Arbitraje de la WBSC (World Baseball Softball Confederation), desarrollado en Ibiuna, San Pablo, Brasil.

Ex jugador, abogado, 31 años, el viejo maestro fue uno de los primeros en recibir su noticia en el retiro de San Martín de Los Andes. "El puso la semilla y nosotros somos sus herederos" destacó, y contó que habla "cada tanto con Walter. Se mostró muy contento cuando le di la noticia y se siente orgulloso de haber sido parte de este proceso".

Como muchos jugadores de softbol en Olavarría, la relación con el deporte se fortaleció en las añoradas Olimpíadas Estudiantiles, en su caso con el equipo de la Escuela Normal que dirigía Nino Cirioli.

"Lamentablemente se perdió mucho cuando dejaron de hacerse los Juegos. Se perdió un semillero del que, por ejemplo, salieron cinco o seis chicas que después fueron a la selección argentina. El club (Estudiantes) también se olvidó de ir a buscar a las escuelas, que es donde están los jugadores. En Berazategui hay un programa comunal que podría copiarse. En mi época los clubes iban a buscar a las escuelas, cosa que hoy no se ve, y sí se ve en Corrientes, Tucumán, Salta y otras provincias" citó.

Laenge, quien sino, fue actor central en el inicios de Pablo en el arbitraje. "En un momento se armó una Liga en Olavarría, con cinco o seis equipos, y justo estaba Walter haciendo un curso de árbitros para profesores de educación física. Me anoté tarde, pero me ayudó la base que tenía como jugador, y el paso siguiente fue ponerse a dirigir los sábados y domingos, con Walter desde la tribuna analizándonos" recordó.

Con el linqueño Diego Yarza comenzaron sus salidas a toneos nacionales, y el despegue fue cuando coincidió con Javier Peñarroya (el ícono del arbitraje argentino) en un torneo de ASBA que se jugó en el Gorki de Morón. "Javier hizo un curso, al cual fui, y ahí arrancó todo. Fue juntarse con árbitros de todo el país y llegaron los torneos, que nos permitieron perfeccionar la parte práctica y la teórica" comentó.

Un largo camino que desembocó en este hecho histórico para el softbol nacional. De la nada en tres lustros, la Argentina ahora tiene seis árbitros internacionales. Acosta logró la certificación junto con otros 5 umpires connacionales: Laura Aren, José Cinquegrani, Gabriela Jiménez, Gerardo Mónaco y Agustina Urdaniz.

"Javier Peñarroya con Osvaldo Ibaceta fueron los últimos que habían certificado, hace 16 años, y a partir de ahí se desarmó el plantel de árbitros, hasta que empezamos hace cinco años con una Asociación Argentina al lado de gente de mucha trayectoria. Así nació la Asociación de Arbitros, Anotados y Afines de Softbol y Béisbol" precisó.

"Arrancó un proyecto con árbitros jóvenes y yo fui parte de la primera camada. Después vino un trabajo progresivo que fue analizando el desarrollo de cada uno. El paso previo fue un cuestionario de 100 preguntas sobre reglamento, de las cuales logré responder 96, complicadas, todas en inglés; pasaron 2 años hasta esta oportunidad en San Pablo" comentó Pablo.

Certificado en mano, ahora resta aguardar las designaciones. "Como en todos los deportes, este es el mayor escalón al que puede aspirar un árbitro, y me permitirá dirigir las máximas competencias, que son los Panamericanos, los Mundiales y los Juegos Olímpocos, que vendría a ser la cúspide a la que todos queremos llegar" dijo, aunque aclaró que "Tokio 2020 no, porque para ser elegible se necesitan cinco años como árbitro internacional, pero por supuesto que sueño con ser home (umpire principal) en un Juego. Ojalá que sea el siguiente, pero falta mucho y tengo tiempo para eso".

En la previa, 2019, tendrá la cita máxima del deporte continental. "Una de las grandes posibilidades en un futuro inmediato serían los Juegos Panamericanos de Lima. No sobran los jueces internacionales, porque fueron tres candidatos a San Pablo y no certificó ninguno" reveló.

Antes habrá Sudamericano Sub 15 en Lima y un campeonato internacional femenino en Aruba. "A Lima no creo que vaya, porque ya estuve hace dos años, aunque podría tocarme, pero a Aruba todos queremos ir; nos anotamos todos para ese", bromeó.

Pablo tuvo una meta y llegó, ahora tiene un sueño: "Uno sueña ser árbitro en los Juegos Olímpicos, y si fuera como home ni hablar. Cuando arranqué quería lograr un status; después me propuse se internacional. Ahora llegó el momento y lo máximo que queda en adelante es arbitrar en los Juegos Olímpicos".