A su vez, se colocarán innumerables adornos en la casa, acompañados de brillantes luces y, los más tradicionales, embebidos de los típicos colores verde y rojo.

En la Navidad se festeja el nacimiento de Cristo. La historia de esta festividad se remonta al siglo IV, cuando el cristianismo designó el 25 de diciembre como fecha de celebración, puesto que la Biblia se refiere a él como "Sol de Justicia" y el 25 era justamente la fiesta pagana del sol. Pero tuvieron que pasar 345 años después del nacimiento de Cristo para acordar definitivamente cuál sería la fecha que conmemoraría este maravilloso evento.

El árbol

Se sabe que los germanos solían decorar los árboles cuando éstos perdían sus hojas, con el objetivo de que los espíritus buenos que en ellos habitaban regresaran pronto. Sin embargo, lejos estaban esos adornos de los que se encuentran en la actualidad: los germanos utilizaban manzanas y piedras pintadas, mientras hoy se colocan delicadas esferas de colores.

Cuenta la leyenda que en Alemania durante el Siglo VIII, el misionero San Bonifacio se encontraba predicando un sermón el día de la Navidad y un roble fue derribado para demostrar que el mismo no era sagrado. Al caer el árbol destruyó a todos los arbustos, menos a un abeto. San Bonifacio interpretó lo sucedido como un milagro y decidió llamarlo el "árbol del niño Dios".

Entre las muchas tradiciones que se siguen en determinadas fechas, como la Navidad, para la buena suerte y la renovación de las energías todos los años se agrega un nuevo objeto decorativo al árbol. Las luces con las cuales pueden adornarse tanto el árbol como los jardines, ventanas o techos de la casa simbolizan la pureza de la luz universal a la que abrimos los corazones

Otro adorno que no se coloca en el árbol pero sí en la puerta son las coronas. Su simbolismo se encuentra básicamente dado por sus colores, por el tipo de hojas que las componen (provenientes de un árbol perenne) y la figura del círculo que simboliza eternidad reflejando de esta manera amor eterno y esperanza.

Simbolismos

El pesebre: A través de él se representa el nacimiento de Jesús y la visita de los Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltasar). Fue San Francisco de Asís quien en el año 1223 comenzó a representar el nacimiento a través de un pesebre viviente.

Los colores típicos de la Navidad son el verde y el rojo. El primero simboliza la vida, el crecimiento y la esperanza, mientras que el rojo significa el fuego del amor hacia Dios.

Tanto el blanco y el dorado también pueden combinarse, pero en menor proporción. El blanco representa la pureza, alegría y luz. El dorado, la solemnidad de esta celebración.

Papá Noel

También conocido como Santa Claus, esta figura simbólica ha sido creada sobre la historia del obispo romano San Nicolás de Bari. Su vida transcurrió en el Asia Menor durante el Siglo IV. Quedando huérfano muy joven heredó una gran fortuna, la cual utilizó para el beneficio de los demás, convirtiéndose en el protector de niños e inocentes.

El nombre Santa Claus no es más entonces que la contracción de dos palabras: Sanctus Nicolaus. En Bari, Italia, descansan desde un 6 de diciembre los restos de San Nicolás. Las leyendas y mitos que se crearon luego de su muerte, cuentan que suele cabalgar milagrosamente sobre los tejados en un corcel gris, llevando regalos a los niños y a los hombres de buena voluntad.

La imagen comercial de Santa Claus como el anciano gordinflón, con su larga barba blanca y su traje colorado (debido a su condición de obispo), fue diseñada en los Estados Unidos, en donde las ventas de esta época alcanzan su máximo esplendor. Es así como aparece su trineo volador comandado por renos y colmado de regalos, los cuales se encargará de depositar al pie de cada árbol navideño.