"¿Cómo hago para dedicarme al arte con la docencia y la maternidad alrededor?...hago milagros (dice riéndose). Es así. Pero, como todo, hay que tener disciplina; hacerse ese huequito en la semana para trabajar, para conectarse con el ser esencial. Hacer arte también me da creatividad, inspiración, para después llevarla a los otros ámbitos de mi vida y si no lo hiciera me sentiría vacía. Sino habría una pata que estaría faltando a mi vida", contó Virginia.