Claudia Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, se convierte en la primera mujer en la presidencia de México tras ganar con amplia ventaja en las elecciones del 2 de junio de 2024. A sus 61 años, Sheinbaum, una izquierdista de toda la vida, asumirá el poder con la promesa de continuar con la política de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero con un estilo propio que los expertos aseguran será diferente.

A lo largo de su campaña, Sheinbaum aprovechó la popularidad de AMLO, pero también destacó su propia formación y enfoque científico, lo cual se evidenció en su gestión como alcaldesa durante la pandemia de COVID-19. Mientras el gobierno federal minimizaba las pruebas de detección del virus, Sheinbaum implementó políticas más estrictas en la Ciudad de México, ampliando las pruebas y promoviendo el distanciamiento social, en contraste con el enfoque más relajado de AMLO.

Sheinbaum enfatiza su formación científica, con un doctorado en Ingeniería Energética, y ha sido clara en su creencia en la ciencia. Esta perspectiva se refleja en su visión de gobierno, donde ha prometido intensificar el uso de energías limpias, además de seguir fortaleciendo la petrolera estatal Pemex.

Desafíos y promesas

Uno de los retos más inmediatos que enfrentará Sheinbaum será combatir los persistentes altos niveles de violencia en México. Aunque en campaña no detalló extensamente su estrategia de seguridad, ha manifestado su intención de reforzar la Guardia Nacional y de abordar las causas sociales que impulsan a los jóvenes hacia la delincuencia. "No se trata de mano dura, de guerras o de autoritarismos sino de justicia", afirmó en su acto final de campaña. Prometió una estrategia centrada en la justicia y la cero impunidad, continuando con algunas de las políticas de AMLO.

La relación con otros poderes del Estado también será un punto de diferencia. A diferencia de AMLO, conocido por sus frecuentes confrontaciones con otras ramas del poder y los medios de comunicación, Sheinbaum parece ser más selectiva en sus batallas, lo que podría indicar un estilo menos confrontador.

Continuidad con un toque personal

Sheinbaum ha elogiado a AMLO y ha seguido la línea de su política, criticando las políticas neoliberales y prometiendo un Estado de bienestar robusto. Sin embargo, su enfoque en datos y ciencia marca una diferencia significativa. Su gestión como alcaldesa durante la pandemia demostró su disposición a tomar decisiones impopulares pero necesarias, algo que podría caracterizar su presidencia.

Ivonne Acuña Murillo, politóloga de la Universidad Iberoamericana, señaló que aunque Sheinbaum sigue la línea de AMLO, parece que tomará un rumbo diferente en ciertos aspectos. Este equilibrio entre continuidad y cambio será clave para su mandato.