La transformación de Julia
Toda mujer (o casi toda) que se convierte en madre primeriza experimenta una gran transformación en su vida. Incluso hay algunas que asumen la situación aún sin haberla deseado. Podríamos decir que éste es el tema del quinto film de Pablo Trapero, que para hacer más cinematográfica la historia le pone un ingrediente especial: la futura madre en cuestión acaba de entrar a la cárcel acusada de asesinar a su novio.
En 110 minutos, y de la primera escena hasta la última, el realizador consigue atrapar al espectador mostrando la transformación de su protagonista: Julia es una persona cuando comienza la película, y es otra cuando termina. Y todo por la evolución interna y externa de un personaje exquisitamente interpretado por la actriz Martina Guzmán (también productora y esposa de Trapero).
Lo central de "Leonera" ocurre en el pabellón destinado a embarazadas y madres con hijos de hasta 4 años. En ese duro y particular encierro se gestará la nueva Julia, acusada de matar a su novio en un hecho impreciso, del que también participó el amante de él (el actor brasileño Rodrigo Santoro), en una relación ambigua sobre la que no se dan mayores explicaciones. Como tampoco se dan mayores explicaciones a varias situaciones del film, como la distante relación de Julia con su madre o el vínculo que la protagonista establece con otra presidiaria.
Nada de eso considera vital el también director de "Mundo grúa", "El bonaerense", "Familia rodante" y "Nacido y criado". Ni siquiera la justificación de por qué una joven insegura de clase media se convierte en una presidiaria hecha y derecha, ni cuál es la razón por la que esa misma mujer que odiaba tanto lo que llevaba en su vientre se convierta en una madre dispuesta a todo por estar junto a su hijo. Las cosas suceden así, y la cámara de Trapero está para registrarlas con una excelente utilización de la elipsis.
Fiel a su estilo, el realizador mantiene algunos elementos claves de su filmografía: el relato es poco convencional, pero eficaz y simple; trabaja con actores desconocidos y con no-actores (muchas de las reclusas y guardiacárceles verdaderamente lo son), le da mucho protagonismo a la fotografía y logra que su cámara adopte el rol de testigo. "Leonera" es, ciertamente y aunque se trate de ficción, una película testimonial sobre una mujer y sus circunstancias. Un fiel exponente de ese cine argentino muy valorado en los festivales, pero lamentablemente poco acompañado por el público.