El gobierno de Javier Milei ha implementado drásticos recortes en los fondos que la Nación envía como ayuda discrecional a la Provincia de Buenos Aires, lo que ha provocado una crisis presupuestaria para el gobernador Axel Kicillof.

Este recorte afectó especialmente al Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), dejando al gobierno bonaerense sin los recursos necesarios para pagar los sueldos de los docentes. Aunque Kicillof se negó a ajustar el gasto público, optando por aumentarlo, la falta de fondos lo llevó a utilizar recursos provinciales para cubrir otros gastos, como ñoquis, políticas de género y subsidios a actores y músicos.

Ante esta situación, el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, determinó que el gobierno de Kicillof disponía de recursos para pagar a los docentes, pero los estaba utilizando para otros fines. En respuesta, el presidente Milei decidió suspender casi en su totalidad los pagos de asistencia nacional a la provincia, con el objetivo de forzar a Kicillof a realizar los ajustes necesarios.

El apoyo del Gobierno Nacional a la Provincia de Buenos Aires se estableció durante los primeros años del kirchnerismo mediante el "incentivo docente", que representa un porcentaje del sueldo de los maestros y se financia con impuestos federales. Ante la falta de fondos, Kicillof se vio obligado a utilizar recursos provinciales para pagar los sueldos de los docentes.

A pesar de evaluar la posibilidad de no pagar los sueldos e intentar culpar a Milei por la situación, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires finalmente optó por utilizar sus propios recursos para cumplir con las obligaciones salariales, siguiendo el sentido común.