En un contexto donde la industria automotriz está abandonando progresivamente el diésel debido a la caída en las ventas y las regulaciones ambientales más estrictas, Toyota sorprende al expresar su confianza en la continuidad de esta tecnología. Sean Hanley, jefe de ventas de Toyota en Australia, afirmó en una entrevista con Drive que "al diésel le queda tiempo por delante, no va a morir pronto".

Esta postura contrasta con la tendencia predominante en Europa, donde las matriculaciones de diésel están en declive y marcas como Volvo han dejado de producir vehículos con motores diésel. Sin embargo, Hanley señala que es importante considerar que Europa no representa todo el mercado mundial de automóviles, y que países como Australia tienen realidades y necesidades distintas.

En Australia, donde la infraestructura para vehículos eléctricos es limitada y los largos trayectos son comunes, el diésel sigue siendo una opción relevante, especialmente para vehículos pesados y en áreas remotas. Además, la cultura arraigada de competición y la preferencia por grandes SUV y vehículos comerciales ligeros contribuyen a mantener la demanda de diésel en este mercado.

Para Toyota, la apuesta por el diésel también está vinculada a la relevancia de modelos emblemáticos como el Toyota Hilux, uno de los coches más vendidos a nivel mundial. Aunque la empresa está comprometida con la electrificación y ofrece una variedad de modelos híbridos, reconoce la importancia de mantener opciones que se adapten a las necesidades de diferentes mercados y clientes.

Toyota demuestra una visión pragmática sobre el futuro del diésel, reconociendo su vigencia en ciertos contextos y mercados específicos, mientras continúa explorando alternativas en su cartera de productos.