Entre el 12 de marzo y el 2 de abril de 2025, el presidente el presidente  de Estados Unidos Donald Trump, anunció la aplicación de una política  de carácter proteccionista  mediante la aplicación de un incremento a los impuestos  que pagan los productos que ingresan al mercado  de EE UU, sumando  10 puntos mas sobre el valor de cada producto importado, pero que en algunos casos ese incremento llegara al 50% extra, como ocurre con el acero y el alumino, 2 productos que Argentina vende al mercado yankee. La medida desató una crisis comercial global que obligó a su secretario del Tesoro, Scott Bessent, a proponerle una tregua de 90 días para negociar condiciones bilaterales con cada país.

La Argentina tuvo negociaciones diplomáticas, logrando que cerca del 70% a 80% de sus exportaciones eviten aranceles adicionales (seguirán aplicándose  los impuestos hasta ahora vigentes), excepto el acero y el aluminio. Según datos oficiales, se acordó una lista de 100 productos beneficiados con tasa cero frente al arancel global del 10%.

Aún así, los metales siguen gravados. El acero enfrentará un arancel del 50% (ampliación desde el inicial 25%), lo que representa un desafío para el sector siderometalúrgico local .

El presidente Javier Milei, alineado con la administración Trump, sostuvo que la Argentina adaptó su normativa a la política de “aranceles recíprocos”, pero advirtió detenciones ante medidas consideradas discriminatorias.

De confirmarse las conversaciones en curso, se espera que hasta el 80% de las exportaciones argentinas queden exceptuadas del arancel general del 10%, accediendo a un arancel cero. La excepción clave sigue siendo el acero y el aluminio, productos para los cuales Trump definió un arancel del 50% debido a su relevancia para la seguridad nacional.