El Gobierno sigue tomando deuda externa; esta vez son US$1,000 millones con prestamistas privados.
Esos nuevos bonos son bajo la ley argentina; ante un incumplimiento, intervienen los tribunales del país.
Desde 2018 en qué Luis Caputo como ministro de Macri colocó los últimos bonos de deuda a inversiones privadas, (últimos porque dejaron de prestar ante el impresionante endeudamiento en aquel turno de Caputo como ministro) Argentina concretó su regreso al Mercado internacional . El gobierno de Javier Milei colocó US$1.000 millones en bonos del Tesoro (BONTE 2030), emitidos en pesos pero suscriptos en dólares por inversores extranjeros. La operación, que se realizó bajo legislación argentina, busca fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA) sin expandir la base monetaria.
El BONTE 2030 ofrece una tasa fija del 29,5% en pesos, equivalente a un rendimiento en dólares cercano al 12%, y cuenta con una opción de venta anticipada a los dos años. Esta estructura atrajo a inversores que ven con buenos ojos las reformas económicas del gobierno y el reciente acuerdo con el FMI por US$20.000 millones, de los cuales ya se desembolsaron US$12.000 millones.