En una sesión cargada de tensiones políticas, el senador radical Maximiliano Abad frustró los planes del kirchnerismo para bloquear el tratamiento de la ley ómnibus en el Senado. La maniobra del senador Abad se centró en el escándalo relacionado con los votos del capítulo del tabaco y en supuestas modificaciones en el texto de la ley que salió de Diputados.

Ante las críticas y cuestionamientos del bloque peronista, Abad propuso a los legisladores peronistas un cuarto intermedio hasta que se aclararan las situaciones planteadas. Esta estrategia dejó a la bancada opositora sin un plan claro, generando confusión y desconcierto entre los kirchneristas.

La intervención de Abad apuntó directamente a Juliana Di Tullio, cuestionando la falta de concreción en sus planteamientos y señalando la necesidad de un enfoque más objetivo y concreto. El desconcierto se extendió entre los peronistas cuando se reveló que Martín Menem había enviado una fe de erratas corrigiendo el error de texto denunciado por Germán Martínez.

El radicalismo se mostró firme en su postura y no hubiera votado a favor del cuarto intermedio si el peronismo lo solicitaba, según reconoció un senador de la UCR. Esta jugada de Abad enterró las quejas del kirchnerismo y allanó el camino para el avance del debate.

A pesar de las objeciones y el intento del kirchnerismo de dar la pelea parlamentaria, el debate sobre la ley ómnibus continuó sin detenerse. El peronismo logró que los radicales y otros bloques se sumaran a su pedido de ampliar la lista de expositores, lo que prolongó el debate y complicó los plazos previstos.

En resumen, la acción del senador Abad representó un obstáculo significativo para las estrategias del kirchnerismo en el Senado, generando un escenario político complejo y marcado por la tensión entre los diferentes bloques parlamentarios.