El secretario de Comercio de la Nación, Pablo Lavigne, organizó una reunión con empresarios del consumo masivo para abordar la situación económica actual. En este encuentro, Lavigne contradijo al presidente Javier Milei al reconocer que "no se está viendo una recuperación" de las ventas ni del consumo, y expresó su deseo de que su cartera sea "intrascendente" y con pocas funciones.

Las declaraciones de Lavigne, reveladas por un artículo de Página 12, surgieron durante una reunión la semana pasada en la sede de Comercio. En el encuentro, participaron empresarios de las cámaras de supermercados, comercios, mayoristas y almacenes. Lavigne, acompañado por el subsecretario de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, reconoció la difícil situación al admitir que "sabemos que no se está viendo una recuperación de las ventas". Además, comentó en tono jocoso que "van 6 meses, pero parecen 3 años" de gestión.

El funcionario prometió que "el tema de la reactivación se va a resolver cuando se resuelva la macroeconomía", una explicación que, según los empresarios, parece poco certera ante la caída en las ventas de dos dígitos desde que Milei asumió el gobierno. Esta visión choca frontalmente con el relato del presidente Javier Milei, quien en varias entrevistas ha afirmado que hay "signos" de recuperación del comercio y del gasto hogareño.

En otro segmento de la reunión, Lavigne expresó su intención de imitar la idea de Milei de "ser el topo que destruye el Estado desde adentro", indicando que Comercio busca tener "el rol más intrascendente posible". "No queremos volver a esos tiempos donde los llamaban por cualquier cosa", añadió Lavigne, sugiriendo que su cartera se enfocará en Lealtad Comercial, exhibición de precios, control de productos vencidos y cumplimiento del precio de góndola y cajas. Para Lavigne, todo lo demás es un tema de "privados y competencia".

Estas declaraciones han generado preocupación y confusión entre los empresarios, quienes esperaban soluciones concretas a la crisis de ventas. La falta de alineación entre Lavigne y el presidente Milei refleja una división dentro del gobierno sobre cómo abordar los desafíos económicos actuales.