Anhelos del Balneario que supimos conseguir
El Tapalqué atrajo a pueblos originarios, tuvo un pequeño fortín y posibilitó la instalación del molino La Clara. También fue lavadero de autos, "pista" de carrera de lanchas, plaza de circos y lugar de recreación. En este FINDE, haremos escala en su época de Balneario Municipal, donde hoy está el Parque del Bicentenario.
Hablar hoy del Balneario Municipal como espacio de entretenimiento es, para muchos, un anhelo o una esperanza de volver a viejos tiempos. Es que las márgenes del arroyo Tapalqué, que fueron asentamiento de los pueblos originarios, donde hubo un pequeño fortín, se registró la detención del cacique Cipriano Catriel y sirvieron de base para instalar el molino La Clara. También se convirtieron en lavadero de autos, "pista" de carrera de lanchas, plaza de circos y lugar de recreación. Pero además, donde hoy nace Parque del Bicentenario, a la altura de la avenida Del Valle, acunaron "el" balneario de los olavarrienses. Y a pesar de las inundaciones, han registrado épocas maravillosas pobladas de sonido, reposeras y mucha diversión bajo el protagonismo de las familias.
Hoy, el balneario, lo que se dice balneario, ya no es porque desde 2010 se interrumpió la posibilidad de usarlo como tal. Hubo un intento de recrear ese espacio desde el bloque de concejales de UNA que logró que el Concejo deliberante aprobara por unanimidad una resolución que insta al Ejecutivo a realizar estudios para comprobar que el agua es apta para actividades recreativas, nada ha sucedido. Un laboratorio privado certificó que está en condiciones de proyectarse con fines recreativos pero se desconoce si el Municipio tiene pensado dar un giro al lugar y que vuelva a ser lo que fue en la época estival. Desde FINDE hemos consultado al Intendente Galli si van a hacer al respecto pero no obtuvimos respuesta.
De todos modos, el sitio sigue siendo tan atractivo como a mediados del siglo pasado cuando el paisaje era, claramente, otro. Allí se guarda, en cada centímetro de parque y en cada escalinata, muchos momentos de felicidad de quienes esperan que alguna gestión municipal le dé vida nuevamente.
El investigador olavarriense Claudio Filardo aporta datos históricos que ayudan a contextualizar los orígenes tanto del balneario como del tramo del parque que va desde la avenida Del Valle hasta la calle Coronel Suárez. Son cuadras que guardan historias, muchas de ellas surgidas al ritmo de esas aguas que desde siempre atraviesan la ciudad.
Querida época
El Tapalqué ha sido testigo clave de la historia de Olavarría, desde antes de Olavarría. Sin embargo, en su extensa línea de tiempo, vamos a hacer escala en el siglo XX, tratando de imaginar un escenario diferente al que conocemos hoy. Por entonces el arroyo era, paradójicamente, era un lavadero. Es que, antes de que se construyera el puente Ferrecio –donde luego se levantó el puente Lucio Florinda, en 1967-, se limpiaban vehículos. Pero también fue el lugar elegido para realizar paseos ya sea a pie o en carruajes tirados por caballos y más tarde fue la cita obligada de los fines de semana, en automóvil.
Asimismo y a medida que fueron surgiendo diferentes clubes y balnearios a lo largo del Tapalqué, se organizaron picnics y el arroyo fue aprovechado para la recreación.
En los años 30 y con perfil machista, el placer de zambullirse en sus aguas se limitaba únicamente a los hombres que podían bañarse solamente si usaban malla con pollerita delantera y una pechera. Cosa de mostrar poco.
Eso sí, la aparición del balneario sobre la ribera izquierda fue la gloria para aquellos que, por razones económicas o geográficas, no podían acceder a otras piletas. Fueron años en que el arroyo pasó a convertirse en un segundo hogar durante las vacaciones.
Es más, una de las costumbres era que novios y quinceañeras se fotografiaran sobre los puentes, en medio de un ritual que aún persiste.
El balneario Luz y Fuerza, hoy desaparecido, fue sede de la Fiesta Nacional de Cemento en dos ediciones, por ejemplo.
Sin embargo, el Balneario Municipal -que fue bautizado "Cipriano Catriel" en 1995- se transformó en el principal atractivo de este arroyo que tiene una extensión de 120 kilómetros y corre por el centro de la Provincia atravesando no solo Olavarría sino Benito Juárez, Tapalqué y General Alvear.
Ese Balneario Municipal, anclado a metros de la avenida Del Valle, resultó sumamente atractivo por la belleza del paisaje, la comodidad del espacio verde y las posibilidades que ofrecía a quienes querían nadar o directamente aprender a bracear en el agua.
De hecho, las colonias de vacaciones de las sociedades de fomento llevaban a los chicos allí. Además, el trampolín era la vedette del momento. ¿Cómo no recordarlo? Eran filas de jóvenes y otros corajudos en busca de hacer sus piruetas delante de la multitud mientras compartían la merienda.
Además fue el lugar elegido por los circos, que se apostaban ahí luego de que dejara de funcionar el Regimiento, en medio de un verdadero y paradójico contraste, hasta que se levantó el monumento a San Martín en la ladera derecha, inaugurado en 1958.
Nadar, no
Aunque la prohibición de bañarse en el arroyo hoy esté vigente, hay muchos niños y adolescentes que lo utilizan en verano hasta que desde Control Urbano o la Policía Local se les llama la atención y deben abandonar el espacio.
Es interesante recordar también las carreras de lanchas organizadas por el Club Ferro que iniciaban su recorrido desde el puente de la avenida Del Valle.
Mucha magia, lugar para la familia y hábitos sanos en momentos donde el día obligaba a estar en el agua y era necesario compartir. Hasta que en 2010 eso se terminó. Hubo que dejar paso a las remodelaciones que dieron vida al Parque del Bicentenario "Senador Oscar Lara" que hicieron que, entre otras cosas, se quitara el islote del medio donde estaba el trampolín. Dicho parque fue propuesto como espacio de articulación entre la recreación social y el patrimonio natural y cultural y contiene a la plazoleta Aguado.
Ahí mismo pero sobre la margen izquierda se encuentra el edificio que se construyó en la década del cincuenta para albergar los servicios del Balneario Municipal con buffet, vestuarios, cocina, sanitarios, terrazas y con imponentes escalinatas. Desde 2010, remodelado y bautizado como Casa del Bicentenario. Un año después se sumó el Sendero de Interpretación Arqueológica e Histórica de los orígenes de Olavarría (ver aparte).
Hoy muchos sienten, al observar las aguas del Tapalqué, que hace falta algo: el retrato deja una sensación de incompletud que tal vez algún día se vuelva color y sea capaz de recrear el Balneario que supimos conseguir.