Lucas Rey y una planta de reciclado: "El proyecto está muy avanzado, sólo falta el financiamiento"
En Tres Arroyos se necesitaron 20 millones de pesos para ponerla en marcha. La planta es un aporte importante para el medio ambiente y también para lo social porque formalizó el trabajo de 12 personas que se dedicaban al cirujeo. En Olavarría se trabaja para instalar una planta parecida.
En diálogo con programa radial "Un Cacho de mañana" por FM 98Pop (98.1), el empresario explicó que "por un lado es importante por la gestión que se viene haciendo con los residuos y el cuidado del medio ambiente, y por lado social, porque logramos incorporar al circuito del trabajo formal a las personas que se dedicaban al cirujeo y que vivían de los residuos. Eso representa una experiencia muy enriquecedora, tanto desde lo social como desde la empresa".
El proyecto también fue presentado en Olavarría y avanzó mucho durante la gestión anterior. Ahora sólo falta conseguir el financiamiento necesario para armar la infraestructura de la planta. En Tres Arroyos costó ponerla en marcha unos 20 millones de pesos, por lo tanto aquí podría costar entre 30 y 40 millones de pesos, una cifra importante y difícil de conseguir. Pero, la Municipalidad intentaría probar suerte en la Nación o en la Provincia para conseguir esos fondos.
Un cambio positivo
Lucas Rey explicó que hacía "bastante tiempo que venimos trabajando con la Municipalidad de Tres Arroyos en el programa de gestión integral de residuos de la ciudad con miras a completar lo que se venía haciendo en el relleno sanitario. Por eso, la idea era la de colocar una planta de separación de residuos que fue lo que se inauguró el viernes pasado". Habló de la doble importancia desde lo ambiental y también desde lo social, puesto que se terminó incorporando una docena de personas al circuito formal del trabajo, lo cual representa una dignificación enorme a personas que antes obtenían su sustento mediante el cirujeo.
"Fue un trabajo en conjunto. La Municipalidad construyó todas las instalaciones, tanto civiles como metalmecánicas, el proyecto lo realizamos nosotros, se llamó a licitación para operar la planta y ganamos nosotros. Empezamos, entonces, un proceso en conjunto con el área de acción social de la Municipalidad para darle trabajo a la gente que vivía del reciclado informal, lo que normalmente llamamos ‘cirujeo’ ".
En Olavarría, la Municipalidad está trabajando para poder llegar a una posición similar a la de Tres Arroyos, esto es, una planta de separación, "un circuito de separación diferenciada y poder recuperar algunos residuos y enviar menos cantidad al Relleno Sanitario, que es el objetivo primario desde el punto de vista ambiental. Pero debería haber una separación en origen porque cuanto menos mezclado llegan los residuos, el sistema es mucho más efectivo y se logra un mayor recupero de productos y valor económico. Para eso necesitamos contar con una planta de separación y la Municipalidad de Olavarría está trabajando para conseguir esos estándares y básicamente obtener los fondos de inversión que no son menores", señaló Lucas Rey.
En Tres Arroyos, esa inversión, "sólo en la parte metalmecánica y civil, fue de alrededor de 20 millones de pesos. A eso hay que sumarle maquinarias y luego la mano de obra. El mecanismo es el siguiente: los camiones descargan en una tolva que tiene una cinta transportadora, que eleva las bolsas hasta un aparato que se llama ‘desgarrador de bolsas’. Este dispositivo las abre y toda la basura pasa por una cinta transportadora, en la que el personal se dedica a la separación manual (papel, cartón, vidrio, metales) y todo va a parar a unas troneras. Luego se prensa en fardos, que luego se comercializan, y ese dinero pasa a engrosar el patrimonio municipal. En el caso de Tres Arroyos, el producto de esa venta se lo destina a un fin social. Pero -aclaró- el proceso es más importante desde lo ambiental que desde lo económico. Lo que se busca entonces es reducir el volumen de residuos que se destinan al enterramiento sanitario. Pero también es muy importante el valor social, porque la gente que antes cirujeaba ahora tiene un trabajo formal. Hay gente que se crió en el viejo basural y, gracias a Dios, hoy tiene una vida más ordenada y con mejores condiciones de salubridad. Son unas 12 ó 13 personas que hoy no pueden creer este cambio tan positivo en sus vidas".