Desde la playa, los excursionistas son trasladados en jangadas con coloridas velas, atestadas de publicidad, para descender a la barrera de arrecifes de coral. En los últimos tiempos se circunscribe a una sola zona el movimiento de turistas con el fin de preservar la integridad de esa maravilla natural.

En el lugar se observan numerosos erizos, cangrejos y peces de colores que se arriman cuando los turistas arrojan migas de pan al agua transparente.

En la playa Porto do Galinhas rige el programa "Praia sin barreras", que permite que personas discapacitadas puedan disfrutar de la playa sin limitaciones.

Las opciones playeras van desde participar en una travesía en buggy por las arenas y en tramos por rutas, que conducen a Pontal do Maracaípe, zona de manglares, justo en el lugar donde el río Maracaípe desemboca en el mar. Entre las raíces de las plantas que se sumergen en el agua verdosa del río, se reproducen cangrejos xié, ostras rojas y cangrejos sirí.

Pero el habitante más curioso del lugar es el caballito de mar, que habita entre las rocas y se observa al hacer snorkel.

El poblado de Porto do Galinhas es un conjunto de casas humildes y un par de calles peatonales con negocios y restaurantes. Gran parte del frente marítimo, las playas están cerradas por complejos hoteleros.

En la zona de Muro Alto, conocido así por la pared de arrecife de coral de más de dos metros que lo protege del oleaje, se encuentran los mejores lugares para tomar baños de mar.

Para los que gustan de mayor acción como el surf, los sitios indicados son las playas de Cupé y Maracaípe que tienen olas altas. En Maracaípe, todos los años se realiza el Campeonato Mundial de Surf.

La noche de Porto de Galinhas no es ajena al bullicio de los barcitos y restaurantes, vibrantes de forró, frevo y samba, que no apagan su alegría, hasta que aparecen los primeros rayos de sol.

Gallinas de madera

El símbolo de Galinhas son las gallinas de madera de Gilberto Carcará, un artista local creador del ícono tallado en raíces de cocoteros, quien invita a recorrer su atelier ubicado en el centro del pueblo.

Museo

El frevo es la expresión musical de Pernambuco. En un rescatado edificio histórico del barrio Recife, se inauguró hace poco tiempo el Paço do Frevo, un espacio dedicado a la investigación y difusión de este ritmo. Allí se enseña a danzar y a ejecutar los instrumentos, y supervisan la preservación del baile tan tradicional.

En sus diferentes salas se puede recorrer la historia y la memoria, a través de fotografías, grabaciones y exposiciones permanentes. El frevo nació como un derivado de la marcha y del maxixé. Es un baile típico del carnaval. En realidad, se generó a partir de las disputas entre los diferentes blocos, que llevaban a capoeiristas para intimidar a los blocos rivales.

Los frevistas utilizaban las sombrillas como disimuladas armas de defensa. El ritmo es frenético pero a la vez muy elegante y los bailarines más complejos y experimentados realizan una danza con movimientos acrobáticos de raíces en la capoeira y con un preciso uso del paraguas.

El carnaval pernambucano se asemeja a los antiguos carnavales ibéricos y centroeuropeos, pero combinados con elementos de la cultura negra africana. Tiene más de 100 años de antigüedad y en 2012 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Lo que hay que saber

Temperatura. En Pernambuco no se habla de invierno o verano porque la lluvia es la que marca las estaciones que se extienden entre fines de marzo y agosto. Las temperaturas durante todo el año son bastante parejas y con promedios entre 28 y 30º. Los vientos alisios permanentes son los reguladores de la temperatura y permiten que los calores no sean tan intensos.

Gastronomía. Hay lugares para todos los presupuestos, desde lujosos restaurantes a locales de comida callejera, incluso, comida por kilo como la que se sirve cerca de Marco Zero en un primer piso frecuentado por oficinistas donde se come muy bien y no caro.

No deje de experimentar la gastronomía nordestina: carne de sol (seca), o povo (pulpo) con molho picante; camarao con ervas; queijo coalho; arrumadinho; caldinho de peixe o camarao y sururú (exquisitos berberechos que dicen son afrodisíaco). Los dulces símbolos de Pernambuco son el bolo de rolo, el bolo Souza Leäo; la cartola y el nego bom, conocido como "bala de banana". Tan típicos que son considerados patrimonio inmaterial.

Compras. Las artesanías son las preferidas. En Recife, se las puede encontrar en la antigua cárcel; en Olinda, alrededor de la iglesia de Sao Salvador y para quienes gustan de las especias y castañas de cajú, sin dudas el Mercado San José es el lugar.