Quejas de jubilados por la firma del certificado de supervivencia
Los beneficiarios que perciben sus haberes en Banco Nación plantean sugerencias para evitar fríos extremos a la intemperie. A la vez, reconocen que se trata de un trámite "sencillo pero que lleva su tiempo".
Según los usuarios consultados, concurren diariamente para firmar el certificado de Supervivencia más de 50 personas. Ante el pronóstico de una nueva ola polar a mediados de esta semana y para evitar complicaciones de salud por el frío extremo, ya que asisten personas de avanzada edad, se sugirió la posibilidad de entregar números transitoriamente y así evitar la permanencia y espera en la vía pública.
Por otra parte, se registraron quejas en virtud de las demoras para confirmar la veracidad de los datos filiatorios, ya que la entidad bancaria dispone de un empleado para atender a jubilados y pensionados por esa cuestión, quien frente a la llegada de cada cliente debe desplazarse desde su escritorio hasta otra zona dentro de las instalaciones, y recién a su regreso puede continuar con la atención.
En realidad, mediante la ratificación de los datos se busca evitar que personas inescrupulosas realicen cobros indebidos pero la modalidad empleada expone a cientos de olavarrienses a la rigurosidad del clima, quienes esperan lograr una solución momentánea, al menos hasta que se aproximen las temperaturas más benignas.
A mediados de la semana pasada, y con un registro bajo cero, antes de la apertura del Banco Nación se formaron colas que emergían por las puertas giratorias, atravesaban el veredón de calle Vicente López y llegaban a la altura del Paseo Jesús Mendía. En ese contexto, pese al frío, las personas entrevistadas señalaron que "la supervivencia es un trámite que tenemos que hacer cada tres meses para que el Estado pueda comprobar si estamos vivos".
En ese sentido, muchos son conscientes de la necesidad de chequear la identidad y acceden a prestarse a esa gestión para cumplimentar los cobros de haberes. "Es un trámite donde todos los jubilados tenemos que firmar para que nos puedan acreditar el pago de la jubilación", manifestaba una señora. "Lo que puede ocurrir es que alguien esté muerto y vaya otra persona, un familiar o allegado, y trate de cobrar la jubilación", agregaba otra mujer ubicada un par de lugares más atrás. "También se busca prevenir que algunos ‘apoderados’ se aprovechen de alguna situación y sigan cobrando aunque el beneficiario esté fallecido", completaba una tercera.
Al respecto, los propios clientes confirmaron que se trata de "un trámite sencillo pero lleva su tiempo. Hay que concurrir con fotocopia del documento y del recibo de la jubilación". Los inconvenientes comenzaron porque "a veces se forman colas de más de una cuadra, lo que pasa es que mucha gente viene temprano para tratar de salir más rápido", justifican.
Sin embargo, las molestias se originan en razón de que "hay un solo empleado para atender a toda la gente que llega por día, que serán unas 70 u 80 personas". De esta manera, "a veces son tres horas de espera. Se forman largas colas y a veces hay quejas porque hay gente mayor".
Aunque no se trata de una operación compleja, lleva su tiempo: "Vos tenés que firmar un formulario, pero el empleado con cada jubilado va, mira, se fija, y va a chequear arriba. Todo ese recorrido lleva tiempo y todos los días hay demoras porque hasta que no vuelve no puede empezar a atender a otra persona". Pero, "cuando hubo quejas el empleado en vez de tomarlas y resolverlas, nos mandaba a hablar con el gerente del Banco, cuando ya estábamos cansados de esperar", acusó un jubilado.
Mejoras
Esa queja originó que se alzaran otras voces de descontento. "Habría que tener más contemplaciones porque yo tengo 75 años, pero va gente que es mayor todavía, que tienen 80 ó 90 años y no la pueden tratar así. Incluso hay gente que tiene muchas dificultades para moverse pero al trámite lo tiene que completar igual", señalan.
A la vez, tampoco dudan en aclarar que "se ha mejorado porque antes la supervivencia era mensual y ahora es trimestral, pero en invierno con estas temperaturas se hace difícil estar a las 9 ó 10 de la mañana". Incluso, "en verano es más soportable porque aunque hace calor, la gente va más temprano o se puede poner a la sombra".
A veces, los propios clientes deben solidarizarse entre ellos y apelar a la cooperación para superar las contingencias adversas. Por ejemplo, a una señora que estaba con un bebé en brazos los vendedores de rifas que hacen su tarea en el veredón le tuvieron que prestar una silla "porque hacía mucho frío y no puede estar así parada en la calle".
Por ese motivo, se pide que en estos días "por lo menos la gente del Banco disponga sillas para que la gente mayor que va a hacer la supervivencia no tenga que esperar afuera y estén adentro calentitos". Si debido a la superficie de las instalaciones no fuera posible, "otra cosa que se podría hacer es dar un número porque a los clientes del banco y a algunos jubilados les dan, pero a los de supervivencia no".
"Aunque fuera otro tipo de número estaría bien porque si hay que hacer cola uno no se puede ir por las coladas. Porque aunque todos somos grandes, si te descuidás te sacan el lugar y si no hay que ponerse a discutir", lamentó un jubilado.