El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, calificó como “totalmente negativa y pésima” para Bolivia la decisión del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) de incorporar al país en su lista gris, advirtiendo que esta situación tendrá efectos tanto políticos como económicos, afectando la estabilidad nacional y la imagen del país ante la comunidad internacional.

Según explicó Romero, si bien el Gobierno nacional rechazó públicamente el informe del GAFI, no puede ignorarse que existen responsabilidades compartidas entre oficialismo y oposición. “La Asamblea Legislativa no aprobó normativas clave para combatir el lavado de dinero, el financiamiento al terrorismo y otras actividades ilícitas, lo que era una exigencia del GAFI. Esa omisión ahora pasa factura a todo el país”, afirmó.

Desde el punto de vista económico, Romero señaló que la permanencia en la lista gris llega en un contexto ya marcado por señales de inestabilidad. “Durante el primer semestre del año hemos recibido calificaciones negativas sobre el estado de la economía boliviana. Hay preocupación por el manejo fiscal, monetario y cambiario, por el crecimiento de la deuda pública y por la capacidad de pago del país a corto y largo plazo”, detalló.

El analista advirtió que esta situación, combinada con la imagen de un Estado que no toma medidas firmes contra delitos financieros, tendrá un impacto directo en las posibilidades de acceder a financiamiento externo. “Ya se ha visto una limitación en la llegada de créditos, inversiones y capitales internacionales. La imagen deteriorada del país generará más reticencia por parte de organismos multilaterales y del sector privado”, sostuvo.

Romero también remarcó que el señalamiento del GAFI no es sólo un tema técnico, sino profundamente político. “Aunque el gobierno quiera minimizar el impacto, es evidente que estamos frente a un problema estructural que requerirá medidas profundas, y que será responsabilidad del próximo gobierno corregir de forma progresiva y sostenida”.

Finalmente, el economista subrayó la necesidad de estabilizar primero el entorno económico y político interno. “Solo después se podrá avanzar en el cumplimiento efectivo de las recomendaciones internacionales. Mientras tanto, esta advertencia internacional es una alerta que no puede ser desestimada”, concluyó.