El analista económico Gonzalo Chávez advirtió que, pese a que un incremento salarial puede parecer justo en medio del alza de precios, aplicarlo en la actual crisis económica puede tener consecuencias negativas para el país. A días del 1 de mayo, cuando se espera que el Gobierno anuncie un reajuste, Chávez alertó sobre los efectos de un incremento “desproporcionado” tanto en la inflación como en la estabilidad de las empresas.

“En 2024, la inflación le quitó un 10% del poder adquisitivo a los bolivianos, según el INE. Algunos calculan incluso más. En los últimos 12 meses, la inflación acumulada alcanzó el 15% y la de los alimentos, el 25%”, explicó Chávez. Según el economista, en ese contexto la demanda de la COB (10% al salario básico y 15% al mínimo) puede parecer lógica, pero no necesariamente sostenible.

Advirtió que un alza general de sueldos podría forzar a las empresas a trasladar esos costos a los precios, lo que alimentaría aún más la inflación. Además, muchas pequeñas empresas podrían verse obligadas a cerrar o pasar a la informalidad. “Y no olvidemos que el sector público tiene más de 500.000 trabajadores. ¿Cómo se financiaría ese aumento? Con emisión monetaria, es decir, con más inflación”, señaló.

Chávez indicó que el Banco Central se ha convertido en “la caja chica del Estado”, financiando desequilibrios como este. Añadió que “si pones más dinero a perseguir los mismos bienes, va a haber más inflación”.

Como alternativa, propuso controlar la inflación con políticas monetarias estructurales y llegar a un acuerdo entre trabajadores, Estado y empresarios para vincular aumentos salariales a la productividad. “Subir sueldos hoy puede parecer justo, pero si no se hace con responsabilidad, mañana nos puede salir más caro”, concluyó.