Inflación descontrolada en Bolivia: el primer semestre de 2025 ya superó todas las gestiones desde 1991, alerta economista
El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó este miércoles que la inflación mensual de junio alcanzó el 5,21% y que el acumulado del primer semestre del año ya llega al 15,53%, generando fuertes alertas entre analistas económicos, quienes advierten que Bolivia atraviesa una etapa de inflación acelerada, sostenida y sin precedentes en los últimos 30 años.
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, afirmó que los nuevos datos son más graves de lo que se preveía. “La inflación mensual de junio fue de 5,21%, más alta que muchas inflaciones anuales de gestiones anteriores. Además, el acumulado semestral del 15,53% ya supera la proyección anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Bolivia y duplica la meta oficial del Gobierno, que era del 7,5% para todo 2025”, aseguró en contacto con El Popular Bolivia.
Romero detalló que este nivel de inflación acumulada es más alto que el registrado en cualquiera de las gestiones comprendidas entre 1991 y 2024. “Solo el año 1990 tuvo una inflación superior, que fue del 18,01%. Estamos hablando de una situación extraordinaria y peligrosa”, advirtió.
Uno de los factores más sensibles para la población es el costo de los alimentos. El economista indicó que el índice de precios de alimentos y bebidas no alcohólicas acumuló un alza del 24,54% a junio, y que el componente exclusivo de alimentos superó el 20%. Esto representa un deterioro drástico en el poder adquisitivo de las familias bolivianas.
Entre las causas identificadas, Romero mencionó la falta de dólares en el mercado formal, la subida de la divisa en el paralelo, el agio, la especulación, el contrabando a la inversa, la emisión monetaria sin respaldo y los efectos de fenómenos climáticos. A esto se suman los recientes bloqueos de caminos que duraron más de 15 días, que, según estimaciones, provocaron pérdidas de al menos 1.500 millones de bolivianos solo en el sector privado, afectando gravemente las cadenas de producción y distribución.
“En los últimos 12 meses, la moneda nacional se ha devaluado entre un 85% y un 90% en términos de poder adquisitivo. Las familias tienen cada vez menos capacidad para satisfacer sus necesidades básicas y eso empuja a miles de bolivianos hacia la pobreza”, alertó Romero.
Respecto a las perspectivas, el economista proyectó que, de continuar la tendencia, Bolivia podría cerrar el año con una inflación de entre 30% y 35%, en caso de que un gobierno de corte populista o de izquierda gane las elecciones. Si el próximo gobierno es de orientación liberal o de derecha, la inflación podría estar entre el 25% y el 30%, sostuvo.
“Más allá del color político del nuevo gobierno, la incertidumbre estructural y la falta de confianza en el modelo actual seguirán alimentando la inflación, que no va a desaparecer mágicamente. La tendencia es preocupante y el daño al bolsillo de los bolivianos ya es profundo”, concluyó Romero.