Inevitablemente asociado a las tonalidades café con sus variantes de beige y crema, también se le llama castaño, pardo o canelo. Es un color que proviene del francés marron (aunque en este idioma se llame brun), y significa castaña.

Es el color favorito de lo acogedor y lo corriente. Se lo relaciona con lo feo y antipático, pereza, necedad, acogedor, de lo corriente y anticuado, el color de los sabores fuertes e intensos, de la matería robusta, de los pobres. El color del secreto amor, el ideal de la belleza bronceada.

Representa salubridad y rehabilitación, es un color estable y puede ser asociado con experiencia y comodidad.

Existen 95 tonos diferentes de este color. A pesar de estar presente en muchas partes, el marrón no suelen ser muy apreciado ni por los jóvenes ni por las personas mayores. A pesar de ser tan rechazado, es un de los colores predilectos al momento de decorar el hogar o de vestir.

El marrón también se conoce como castaño. Es tan abundante que lo podemos encontrar en la madera, el cuero, en los troncos de los árboles; en fin, en muchos elementos naturales.

Este color es el resultado de mezclar todos los colores. Cuando mezclamos rojo y verde obtenemos marrón, lo mismo si mezclamos violeta y amarillo o azul y naranja.

Como en el marrón no destacan los colores luminosos, también se le asocia con la falta de pasión y se le considera el color de lo antierótico. Es el color del mal (al igual que el negro) y también está relacionado con lo podrido y lo descompuesto, de ahí que también sea el color del otoño (estación en la que los árboles pierden sus hojas y éstas se descomponen en el suelo).

En la naturaleza, es el color de lo marchito y de la vejez. Casi todo con el paso del tiempo se va tornando marrón, desde las telas hasta las hojas de papel.

Asimismo, el marrón es el color de uno de los pecados capitales: la pereza. Ahora bien, en los espacios, como por ejemplo en el hogar; el marrón es valorado positivamente. En este sentido, cuando entramos a una casa y notamos algunas tonalidades marrón nos sentimos acogidos y cómodos.

Cuando se combina con colores como el rosado, anaranjado, amarillo o azul, el marrón resulta particularmente agradable. Ahora bien, junto con el negro resulta demasiado sombrío y depresivo.

El color beige, por su parte, representa conservatismo y como el color gris puede ser percibido como conservador, mientras que el color crema se asocia con tranquilidad, elegancia y pureza.