- Algunas comunidades religiosas cristianas, como los franciscanos, llevan el hábito marrón. La razón es porque significa también renuncia al mundo.

En relación con este tema, el santo de Asís prefería a la alondra entre todas las aves, porque "tiene un capucho como los religiosos y es un pájaro humilde... Su ropaje, o sea las plumas, tiene el color de la tierra, y ella da ejemplo a los religiosos de que no hay que tener ropa delicada o de colores, sino modesta en el precio y el color, igual que la tierra, que es el elemento más vulgar".

- Marrón es también definido como carmelita (del italiano carmelita, derivado de Carmelo, monte de Israel). Así se lo utiliza en Cuba, en alusión al color del hábito de los monjes de la orden de los Carmelitas. Esta coloración puede ser clara, acanelada, pardo bermejiza o pardusca.

- Si adquiriera la forma de un personaje, el marrón sería quizás un personaje sólido, sombrío, al que no le gustaran los cambios, pero también rico y fértil en ideas como la tierra.

- El marrón anuncia la llegada del invierno, la preparación para el letargo.