La penetración de las fintech en Argentina ha desencadenado un cambio radical en los hábitos financieros de los argentinos, especialmente durante la pandemia, cuando el comercio electrónico experimentó un notable incremento. En este contexto, las billeteras virtuales se han convertido en una herramienta clave para la gestión de pagos y transferencias, así como una opción de inversión accesible.

Según un estudio realizado por la consultora Kantar división Insights, el uso de billeteras digitales ha experimentado un crecimiento significativo, alcanzando al 75% de los argentinos adultos. Este aumento del 17% respecto al año anterior ha equiparado su uso al de las tarjetas de débito, consolidándolas como una alternativa sólida en el mercado financiero.

El impulso de las billeteras virtuales ha sido especialmente marcado entre los jóvenes de 25 a 34 años, residentes en el interior del país y pertenecientes a niveles medios y bajos de la pirámide poblacional. Estos segmentos han aumentado significativamente su participación en la categoría, impulsando su adopción y uso.

El informe de Kantar también revela un incremento en la descarga de múltiples billeteras digitales por parte de los usuarios. En el último año, el 73% de los usuarios posee dos o más billeteras, con un aumento del 9% respecto al año anterior. Este fenómeno es más notable entre los usuarios de 25 a 49 años, especialmente en niveles socioeconómicos más altos.

Uno de los principales impulsores de este crecimiento ha sido la opción de cuentas remuneradas ofrecidas por algunas billeteras, que permite a los usuarios obtener rendimientos por sus saldos sin perder liquidez. Esta funcionalidad ha ganado relevancia como factor de elección de billeteras electrónicas, especialmente entre los usuarios de 35 a 49 años.

La Head de Commerce, CX e Innovación de Kantar, Julieta Dejean, destaca que en un contexto de alta inflación y volatilidad económica, las billeteras virtuales se posicionan como aliadas para la gestión financiera, ofreciendo opciones de inversión accesibles y facilitando la administración de pagos y transferencias.

A pesar del crecimiento de las billeteras virtuales, las tarjetas de crédito mantienen su vigencia, aunque se observa un retroceso en su uso para la financiación de compras. En cambio, las tarjetas de débito, percibidas como un medio de pago sin endeudamiento, siguen siendo ampliamente utilizadas, aunque su atractivo se ve limitado por la falta de cuotas y beneficios asociados.