Carlos Cerbero -nuestro vicepresidente-, por imposición de la vida, nos ha dejado sin su presencia física. Pero cuando quien muere responde a las virtudes supremas de la bondad, la nobleza, la solidaridad y, en síntesis, conjuga al "bueno de alma", esa desaparición física se transforma en la rara dualidad de dolor y regocijo; es decir que, siendo el dolor inevitable, por otra parte surge la fuerza pura de la alegría de haber convivido con el ejemplo viviente, que sólo puede generar gratitud.

Así era nuestro querido amigo, que mantendrá su presencia y acción en la institución de manera perenne, porque sólo una personalidad como la suya pudo darnos siempre la misma paz que trasuntaba su vida, como la expresión de la grandeza de ideales reservado para los elegidos, y de los que nos sentimos agraciados.

Por todo lo que significaste, Carlitos, para esta comunidad y para las personas que tuvimos el honor de convivirte, vaya nuestra recíproca entrega a esa bondad trascendente de difícil emulación, que quedará para siempre en nuestros corazones.

A la gran familia que lideraste como referente incondicional de vida y sabiduría junto con tu excelente esposa, le manifestamos las dos cosas: pesar que nos deja el no tenerlo más con nosotros, sumado al dolor de faltarnos el amigo; pero junto a ello la certeza que, por todo lo que fuiste siempre, presidirás la galería de los mejores para el porvenir.

Y a vos Carlitos, te llevaremos puesto en la continuidad de la aventura de la vida que sin quejas y con todas tus fuerzas compartiste y ayudaste a compartir. Por todo eso, y por mucho más, sencillamente ¡Gracias!

Cristina Neirotti y José Musarra

Secretaria y presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados Municipales de Olavarría