Semillas, un alimento vivo que aporta múltiples beneficios
Por eso es importante conocer un poco más cuáles son las propiedades nutritivas de las semillas y su efecto sobre la salud cada vez que se las consume.
Si bien las variedades de semillas son muchas, en líneas generales se puede decir que las semillas destacan por su contenido en fibra que contribuye a la salud intestinal y a prevenir enfermedades crónicas, así como es destacable su contenido en grasas saludables y en minerales que el cuerpo necesita.
Vienen en todos los tamaños y de diferentes formas y colores.
La semilla en sí es una planta embrionaria y el origen de la nutrición. Una planta no escatima esfuerzos para producir cada semilla y llenarla con altas concentraciones de vitaminas, minerales, proteínas, aceites esenciales y enzimas latentes.
Una semilla es la vida. Es un alimento vivo. Es imposible comer una semilla cruda y no derivar nutrición.
Muchas semillas son comestibles y la mayoría de las calorías humanas proceden de ellas, especialmente de las legumbres y frutos secos. Las semillas también ofrecen la mayoría de aceites de cocina, bebidas y muchas especias y algunos importantes aditivos alimentarios.
Cómo comerlas
Sólo hay una manera de obtener los nutrientes de las semillas y es comerlas crudas.
Una vez que son expuestas al calor, producen sustancias tóxicas y las vitaminas, minerales y perfiles de aceites esenciales se desnaturalizan. Al asar una semilla, su clasificación se mueve de un alimento vivo a un alimento muerto.
No hay semilla en la tierra que pueda soportar ser asada o calentada sin romper sus componentes nutricionales. Por eso hay que recordar siempre comer las semillas en su forma natural, es decir, crudas.
Esto también significa que pueden ser remojadas, molidas o en puré (tahini), especialmente si la cáscara o capa de una semilla es demasiado difícil de penetrar con los dientes.
Lo mejor es elegir semillas crudas y sin sal; evitar semillas recubiertas o tostadas y las recubiertas de azúcar.
Las más saludables de la Tierra
Semillas de Chía: 1 cucharada tiene 3 veces la fuerza antioxidante de los arándanos; 3 veces más hierro que las espinacas; 6 veces más calcio que la leche; 7 veces más vitamina C que las naranjas; 8 veces más omega-3 que el salmón; 10 veces más fibra que el arroz; y 15 veces más magnesio que el brócoli.
El consumo de las semillas de chía podría ayudar a reducir el dolor en las articulaciones, ayuda a perder peso, emite un impulso de energía y protege contra enfermedades graves como la diabetes y enfermedades del corazón. Los principales beneficios de las semillas de chía son de largo alcance y en cuanto a los súper alimentos, este es sin duda uno de los diez primeros.
Semillas de granada: las granadas son una fuente rica de antioxidantes. Por lo tanto, ayudan a proteger las células del cuerpo contra los radicales libres, causantes del envejecimiento prematuro. En palabras simples, el jugo de granada bombea el nivel de oxígeno en la sangre. Los antioxidantes combaten los radicales libres y previenen los coágulos de sangre. La granada, con sus semillas comestibles dentro de jugosos sacos, es rica en vitamina C y potasio, y es baja en calorías (80 por porción, que es algo menos de un tercio de una fruta mediana), y una buena fuente de fibra.
Semillas de lino: la fibra dietética a partir de semillas de lino suprime incrementos en los niveles de lípidos en sangre después de una comida y modulan el apetito. Los principales beneficios para la salud de las semillas de lino son debido a su rico contenido de ácido alfa linolénico (ALA), fibra dietética y lignanos.
Las semillas de linaza molida proporcionan más beneficios nutricionales que la semilla entera. Moler las semillas en casa usando un molinillo de café o una licuadora, y añadirlas a los cereales, productos de panadería y batidos.
Semillas de calabaza: es la única semilla que forma lo alcalino en este mundo de dietas altamente ácidas. Son una buena fuente de vitamina B y pueden ayudar a luchar contra la depresión. El componente químico L-triptófano es el ingrediente secreto para mejorar el estado de ánimo.
Semillas de sésamo: podría ser el más antiguo condimento conocido por el hombre. Son muy apreciadas por su aceite, que es excepcionalmente resistente a la rancidez. No sólo son las semillas de sésamo una muy buena fuente de manganeso y cobre, pero también lo son de calcio, magnesio, hierro, fósforo, vitamina B1, zinc y fibra dietética. Además de estos importantes nutrientes, las semillas de sésamo contienen dos sustancias únicas: sesamina y sesamolina.
Semillas de girasol: son una excelente fuente de vitamina E, principal antioxidante liposoluble del cuerpo. La vitamina E viaja por todo el cuerpo neutralizando los radicales libres que de otro modo dañan estructuras que contienen grasa y moléculas, tales como las membranas celulares, las células del cerebro, y el colesterol.
Semillas de uva: tienen una gran concentración de vitamina E, flavonoides, ácidolinoleico y polifenoles.
El extracto de semilla de uva puede prevenir las enfermedades del corazón como presión arterial alta y colesterol alto.