"Después de dos años de investigación, tratando de dar respuesta a numerosas consultas de productores, INTA llegó a la conclusión de que el aprovechamiento del grano de sorgo entero es del doble de lo que se suponía", explicó Recavarren, reconociendo que en sorgo siempre se encuentra algo nuevo.

La posta fue tomada desde los inicios por la Red Sur Sorgo, que funciona desde 2006 en cinco localidades de la Provincia, realizando ensayos en base a una misma metodología de trabajo. "La idea central del proyecto consiste en experimentar una misma matriz en diferentes zonas, exponiendo los materiales a diferentes ambientes climáticos y edáficos para evaluar sus variaciones y resultados", explicó el ingeniero agrónomo Alejandro Giaquinta, integrante de la Red y a cargo de los trabajos en la Chacra Experimental Blanca Grande.