"La gente toma conciencia y se hace el estudio"
Es uno de los gastroenterólogos más reconocidos de Olavarría. Dice que el cáncer de colon es uno de los problemas que más aqueja a la gente, pero que es totalmente prevenible. Sólo hay que tomar la decisión de realizarse el estudio y cada día más cantidad de pacientes lo hacen. Estuvo viviendo en La Paz, Bolivia, y comentó que hubo tres médicos que le marcaron en su carrera como profesional en la gastroenterología. Y resalta el valor de la familia, que siempre lo apoyó en todo.
"Yo soy Tato tercero. El primero fue mi padre, Alberto Carmelo (fallecido en septiembre de 2013) y Tato segundo es mi hermano Alberto", aclara", para agregar que tiene otros dos hermanos: Lilian y Marcela, mientras que mamá es Nelda Pilar Aurora Gelso (77).
"¿Y por qué gastroenterología", porque fui ayudante en fisiología en la materia fisiología digestiva y aparato digestivo; ahí, después de la ayudantía, quedé vinculado a esa especialidad. Me recibí e hice la residencia de clínica médica en el hospital Argerich, en Buenos Aires, y la residencia de gastroenterología en el hospital Udaondo, también en Capital Federal" dijo "Tato III", quien hizo la escuela primaria en la Normal y "la secundaria primero en Nacional y terminé de segundo a quinto en Comercial, soy promoción 82. Después me fui a la Universidad de Buenos Aires, en el 84 hasta el 89 que terminé, porque fui aprobado no ingresante. Era la época en que había examen y cupo, y entré al año siguiente. Entraban con 120 puntos y yo tuve 118" recuerda.
"Estuve viviendo en el exterior, en La Paz (Bolivia), donde conocí a uno de los médicos más importantes. Tres doctores marcaron mi formación: uno fue en clínica médica, donde tuve el amigo de la medicina, el doctor Daniel Cimino, y su padre -Vicente Cimino- fue mi profesor de clínica médica en el Argerich. Otro que me marcó fue mi jefe en gastroenterología, Luis Boer, en el Udaondo, y el tercero, el que me enseñó todo lo que es terapéutica endoscópica, es el doctor Guido Villa Gómez, que es un fenómeno realmente, con quien coincidí en el Udaondo (este nosocomio es el único de la especialidad en el país). Villa Gómez estuvo en Japón dos años, en Massachussets (Estados Unidos) otros dos años y luego recaló en Bolivia. Hay una entidad, JICA, que le permitió montar un hospital de gastroenterología con el material endoscópico moderno, instrumental de última generación. Y eso me marcó en lo que es terapéutica endoscópica, que es una subespecialidad. Además es un gran amigo y mi historia está muy ligada con Bolivia, porque ahí quedó embarazada mi mujer (Mariana Ottonelli) de mi primer hijo (Matías, 17, y después llegó Guadalupe, 16)" continuó diciendo Carlos.
"La familia es mi pilar. Mi mujer me siguió a Bolivia (ella es arquitecta) y también estuvo trabajando allí en un estudio y no quería que nos volviéramos. Pero allá es otra vida, lo nuestro era un pasaje de ida y vuelta, yo quería venir a Olavarría. Lo que sí, volví porque al terruño uno lo quiere y es lindo reencontrarse con los amigos de la infancia, pero fue duro para ella porque se sentía bien allá, y venir al interior también era difícil aunque ama Buenos Aires, así que ella fue la que se llevó la peor parte. Y ahora trabaja acá también, así que lo compensó, mientras que los chicos se adaptan a todo" siguió contando "Tato".
"Dentro de la gastroenterología se ven muchos casos porque hay más estrés o la gente vive más apurada que antes, con más conflictos, y entonces hay más patología funcional. Eso trae consecuencias con la patología funcional digestiva, y así aparecen colon irritable, gastritis, úlceras, todas relacionadas entre ellas. Y también en la gastro está la parte oncológica, que por lejos se encuentra el cáncer de colon que es el más frecuente, el que más vidas se cobra tanto en hombres como en mujeres porque es una enfermedad que se da por igual en ambos géneros y no respeta sexo. Obviamente, ahí el gastroenterólogo tiene un rol importante en la prevención de ese tumor, porque es una enfermedad prevenible si uno se hace los estudios clínicos, los tests de Screening normatizados por las sociedades científicas. Ahí se previene totalmente. Y como es un órgano accesible, si bien es pudoroso, es relativamente sencillo hacer un estudio" analizó el doctor Blando.
"La gente ahora toma conciencia. Han ayudado los colegas, los clínicos, que son los que están a diario con los pacientes, son los médicos de la familia, y ellos recomiendan ese estudio. Igual, mucha gente va por todas las campañas que se hacen y llegan a la consulta para hacer el estudio. Hay un cambio en la gente, hay una concientización. Hay áreas de prevención y las políticas de salud permiten ahorrar mucho dinero, al país y a los seguros sociales cuando hay un enfermo oncológico, ya que se gasta menos si hay prevención. Y también hay mejor calidad de vida para el enfermo, porque sólo el que lo padece y lo superó sabe lo que es", terminó diciendo Blando, quien agregó que "desde que llegué a Olavarría estoy junto con dos colegas como Alejandro Vitale y Jorge Enrique Miguel Corvalán, en el consultorio de Vélez Sarsfield 2512, casi lavalle. Y después trabajo, desde que llegué, en el Hospital Municipal Héctor Cura y en la clínica María Auxiliadora y en el Instituto Médico. Y también en lo que es endoscopía de vía biliar, en Cemeda, con la doctora Virginia Iraporda. Y actualmente incorporamos a otro colega a nuestro consultorio, que se sumó al trío, y es el doctor Francisco Aguerre hijo" terminó diciendo Blando.