Diversidad turística con aire mediterráneo en la ciudad catalana de Sitges
A poco más de media hora de Barcelona, la ciudad mediterránea de Sitges posee todos los condimentos necesarios -buen clima, playas, infraestructura y cordialidad- para ser elegida como uno de los destinos preferidos de miles de turistas de todo el mundo que se caracterizan por su diversidad.
Por las pequeñas callecitas del casco antiguo pasean gran cantidad de familias -es uno de los sitios de Europa donde ver niños no resulta una curiosidad-, mezclados con infinidad de turistas del colectivo lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) venidos de todo el mundo atraídos por el clima amigable de sus habitantes.
Es que en la pintoresca ciudad de Sitges, bañada por las azules aguas del Mediterráneo, hay espacio y respeto para todos, y eso se hace sentir tanto en sus calles como en sus playas, donde pueden convivir, por ejemplo en la playa nudista de Balmins -ubicada una vez pasado el cementerio- todo tipo de turistas.
Otra de las playas populares de esta localidad del municipio de Garraf es la de San Sebastián, recostada junto a la elevación donde se encuentra el Palacio Maricel, y que fue considerada como la mejor playa urbana de Europa por el magazine The New York Times Style.
Además de las amplias playas de ambiente familiar con vistas al casco urbano -donde destaca en la altura la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla-, distinguidas y reconocidas con la bandera azul, ISO 14.001 y destino adaptado, Sitges cuenta con una serie de pequeñas calas desde donde disfrutar del mar en intimidad.
Entre los recreativos marítimos que ofrece este destino destacan los tres puertos deportivos -uno de los cuales, Port Ginesta, es el más grande de Cataluña- con más de 26 mil amarres.
Al mencionado Port Ginesta, se suman el Port Náutico de Garraf, situado al pie del macizo del mismo nombre; y el Port D`Aiguadolc, que es el más próximo al casco urbano y que cuenta con una vasta oferta hotelera, además de escuelas de vela, alquiler de embarcaciones, bares, restaurantes y una discoteca.
La cultura también forma parte de los atractivos de la villa turística, engalanada con edificios que forman parte del patrimonio modernista y novecentista tan típico de la geografía catalana.
Sorprenden por su estilo y por sus colecciones el Museo Cau Ferrat -casa y estudio del pintor y escritor Santiago Rusiñol, uno de los máximos exponentes del modernismo catalán-, el mencionado Palacio Maricel, el Museo Romántico, la Fundación Pere Stämpfli y la Casa Bacardí.
Justamente esta última guarda relación con un producto, el ron, que tiene una estrecha relación con Sitges, puesto que en la ciudad mediterránea nacieron Facundo Bacardí i Massó, que emigró a Cuba y fundó la famosa licorera, y Anmdrés Brugal Montaner, quien fundó en la República Dominicana la empresa de ron Brugal.
Otro de los acontecimientos culturales de Sitges es el Festival Internacional de Cine de Cataluña, denominado también "Semana Internacional de Cine Fantástico", el más importante de Europa en el género de ciencia ficción y de terror.
En cuanto a actividades populares, destacan el carnaval y la Gay Pride de Sitges, que concentran a miles de turistas llegados de todas partes del mundo y donde los disfraces, las carrozas y la diversión, invaden las callecitas y la amplia explanada costera.
La ciudad se ha constituido también como un referente peninsular en cuanto a turismo de reuniones -es la primera ciudad catalana en la materia-, con un auditorio con capacidad para 1.400 asistentes; un centro de convenciones para 500 delegados, y más de 100 salas de reuniones con capacidad para entre 10 y 700 participantes. Télam