Condenan a un hombre que asaltó a un niño de 9 años y le robó la bicicleta
Dueño de antecedentes que incluyen una condena por un asalto, el olavarriense de 35 años deberá cumplir tres años en prisión por el robo de la bicicleta. Aunque todavía debe purgar años de una pena anterior.
El caso fue resuelto en el Tribunal en lo Criminal Nº 2 del Departamento Judicial de Azul, integrado en esta ocasión en forma unipersonal por el juez Carlos Paulino Pagliere (h), quien no encontró obstáculos para que se acordara una pena mediante la modalidad del juicio abreviado.
De este modo, tanto la fiscalía como la defensa del acusado consensuaron una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo y la "expresa declaración de reincidencia, computando como agravantes la naturaleza del hecho y los antecedentes que registra", por el delito de "robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no puede tenerse de ningún modo por acreditada".
El caso ocurrió el 3 de enero de 2010, alrededor de las 15, cuando dos delincuentes interceptaron al niño en Ayacucho y Pueyrredón dos ladrones tiraron a su hijo de la bicicleta, lo obligaron a arrodillarse y le pusieron un revólver en la cabeza para robarle.
Al prestar declaración, la víctima del asalto relató que ese día volvía a su casa en la bicicleta de su padre cuando una moto frenó delante suyo. Uno de los dos desconocidos bajó de la moto y tomó la rueda de la bicicleta por los rayos, haciendo caer al niño. Como el chico trató de evitar el robo, el ladrón sacó un arma de fuego y le apuntó a la cabeza mientras le ordenó: "mirá para abajo, no me mirés".
Mientras los delincuentes escapaban, el niño corrió hasta su casa y le contó a su padre lo que había pasado.
Al declarar, el papá de la víctima del robo aclaró que su hijo, "entre llantos", le avisó del robo. Rápidamente salió en busca de los ladrones y a pocas cuadras, desde unos 50 metros, reconoció a dos personas que estaban en una moto y se llevaban su bicicleta.
Como había salido descalzo, volvió a su hogar en busca de calzado y se dirigió hacia el complejo de las 104 Viviendas, donde vivía una de las personas que vio cuando escapaban. Si bien en un primer momento no había nadie, instantes más tarde llegaron familiares al lugar, siendo uno de los hermanos del sospechoso quien admitió que había una bicicleta violeta en el patio y le permitió que la recuperara.
Pero cuando el dueño del rodado ya se había marchado, y se encaminaba a realizar la denuncia del robo, se produciría un nuevo incidente esta vez en la casa de quien sería condenado este mes en el juicio oral y público. El ladrón recriminó que hubieran entregado la bicicleta robada, arrojando un balde con excremento y reclamando que le dieran a cambio 150 pesos bajo la amenaza de que no volvieran a la vivienda porque "se las prendo fuego".
En virtud de estos testimonios y otras declaraciones que respaldaron esos dichos, el juez Pagliere resolvió condenar a Mario Daniel Arce Cabrera, de 35 años, a la pena de "tres (3) años de prisión de efectivo cumplimiento, con más las costas procesales, y declarándoselo reincidente por primera vez por ser autor penalmente responsable del delito de Robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no puede tenerse de ningún modo por acreditada".
Finalmente, Pagliere consideró como circunstancias agravantes a computar "la naturaleza del hecho que, entre otras circunstancias, consistió en reducir a un menor de 9 años y apoyarle un arma de fuego en la cabeza, que aunque su aptitud para el disparo no se haya acreditado, ha producido, como no podía ser de otro modo, un enorme impacto psicológico en el menor y los antecedentes penales que registra el encausado que implican un renovado desprecio a la advertencia penal".
Paralelamente, el magistrado expresó que "no computo circunstancias atenuantes, ni han sido requeridas por las partes" así como tampoco "concurren eximentes de responsabilidad penal en la conducta del imputado" ni fueron planteados.