Diálogo con mi silencio
Fue a partir de mis 12 años que tuve la determinación inocente de decirme (pintando estaba) que iba a ser artista, para ser más puntual en la definición: pintora. Respondiendo esto a una docente de arte que me veía muy entusiasmada indagando en la materia. El tiempo pasa, los caminos han sido numerosos, los espacios transitados también. He realizado trabajos y realizaciones muy variadas: soy inquieta, busco permanentemente, archivo, investigo, leo muchísimo, me sorprendo y me asombro de la inmensidad de acciones sensibles que el ser humano produce. Amo lo que es bello, lo que es movilizante y transformador. Lo que se hace bien en cualquier área. Potenciar y ser potenciada al momento de trabajar junto a otros artistas de diversas disciplinas es una constante en mi elección como realizadora, como docente y como artista. Creo mucho en las propuestas integradas, el trabajo sostenido con objetivos comunes entre mates y diálogos plenos, honestos y pasionales. La poesía siendo tránsito o sus instantes diáfanos hacen la cotidianidad que deseo.
Si tengo que hablar de mí son las imágenes las que me hacen verme. Las imágenes que construyo/realizo me van contando, me van aconteciendo y me van comunicando que tengo para decir. Trabajo con materiales que se ven transformados a partir de mi sensibilidad: con la creación y sus procesos me maravillo y agradezco esta necesidad de compartirme junto quienes me son fundamentales y haciendo parte de todo, dedicando, los fragmentos de vida iluminada a quien amo.
El amor atraviesa todo gesto, toda historia, todo movimiento.
Un ejercicio que practico no hace mucho tiempo es observar la vida en encuadres de imágenes, jugar y ejercitar mi visión como si fuera el ojo de una cámara. Hacer recortes y maravillarme con esa porción de todo. Hay recortes que me hacen engrandecer la visión panorámica de una vista. Aplicable esto a cualquier cosa. Ej.: cocino, la secuencia cobra otro sentido al visualizar las partes en juego y en acción de todo lo que en esa escena acontece, las manos maniobrando herramientas y elementos, los alimentos dispersos y juntos, el proceso y el producto resultante. Me encuentro en esos paso a paso. ¡Sosteniendo Pereyra!
Brindo por los tiempos habilitadores de espacios, espacios donde se juega, se está en paz, se construyen charlas y diálogos memorables (amo las conversaciones profundas), se cocina y se comparte, (se ama), se está plena la vida que merece ser realizada y acontecida. El espacio impregnado de sensibilidad, belleza, construcción y amor.
Con respecto a las imágenes con las que acompaño este texto personal y descriptivo puedo decir que los pájaros son personajes recurrentes en mi obra: nacen de un ala, un pico recortado, se hacen al azar, se dicen, se encuentran en diálogos: cantan... Observan pícaramente, de soslayo, con llantos de despedidas, intensamente enamorados, van y vienen sobre la luna y el sol (son) reflejos de vida: bienvenido el movimiento y su música.
Producción periodística: Guillermo Del Zotto.