El poeta y revolucionario nicaragüense Ernesto Cardenal, invitado central del "Encuentro Nacional de Poetas con la gente" que se realiza en el marco del Festival Nacional de Folklore afirmó que "si hay algo que quedó pendiente es la revolución".

En una entrevista el poeta, sacerdote y revolucionario de 86 años que asistió el viernes a la proyección del documental "Solentiname", de Modesto López, en honor a su lucha en el marco de la Revolución Sandinista, consideró que en su país "es necesario completar la revolución inconclusa".

En el mismo sentido, el hacedor de un poemario que inició en 1957 con "Hora 0" y que acumula títulos como "Epigramas", "Oración Por Marilyn Monroe y otros poemas", "Homenaje a los indios americanos", "En Cuba", "Oráculo sobre Managua", "Canto a un país que nace", "Cántico Cósmico" y "Pasajero de tránsito", entre otros, resaltó el rol social de la poesía.

"La poesía mundial ha ayudado mucho a la evolución humana en todas las civilizaciones. Y más que todo en la Biblia con los profetas que son grandes poetas. Isaías, Jeremías, si uno los lee simplemente como poetas -propuso- son grandes que usaban la poesía como denuncia de la injusticia y como anuncio de una sociedad justa".

Impulsor de la Teología de la Liberación y convencido de las afinidades entre cristianismo y marxismo, Cardenal sostuvo que "la Teología de la Liberación no es más que la teoría del Evangelio. El reino de Dios que anunciaba Cristo era buena noticia para los pobres y entonces era mala para los ricos. Así lo fue y eso lo llevó a la muerte".

Para ahondar en ese terreno, contó que "hay teólogos actuales que dicen que la expresión `Reino de Dios`, que tanto usaba Jesús, equivalía en aquel tiempo a lo que hoy es la palabra revolución, era algo igualmente escandaloso, peligroso, subversivo y eso lo llevó a la muerte".

Este personaje de boina y barba blanca concilió en su carácter de revolucionario los legados de la poesía y de la religión. "Mi primer recuerdo es ser poeta. Se dice que los primeros recuerdos empiezan a los cuatro años cuando recitaba cosas inventadas, y a los seis años tenía unos versitos, también disparates. Desde entonces soy poeta", recordó.

Sobre su elección divina, reveló que "siempre sentí la persecución de Dios pero yo perseguía a las muchachas, hasta que decidí probar esto, renunciar a todo y El me invadió. Yo sentí la presencia de un inmenso amor y quedé enamorado, mi relación con Dios ha sido de enamoramiento y aún hoy sigo enamorado, con problemas, como en todos los matrimonios".

De la historia de la fe y sus análisis a la propia vivencia, Cardenal confió que "eso no lo descubrí cuando descubrí a Dios como amor que fue mientras estuve en el monasterio trapense en los Estados Unidos. Pero cuando fui como invitado a Cuba y descubrí la Revolución Cubana -remarcó- se dio mi segunda conversión, mi conversión a la revolución y entonces descubrí que Dios es también liberación de la humanidad y de los pobres. Y que un sistema como el de Cuba era también evangélico, ya que se ponía en práctica el Evangelio, eso me hizo ya revolucionario".

Sin renunciar entonces a ninguna de estas elecciones, Cardenal se convirtió en una de las referencias del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que enfrentó al régimen de la familia Somoza (dictadura que gobernó el país entre 1934 y 1979) para el 19 de julio de 1979 instaurar la Revolución Nicaragüense en la que desempeñó el cargo de ministro de Cultura hasta 1987.

-¿Cómo recuerda ese momento?

No fue un momento, fue toda una evolución. Nos fuimos dando cuenta de que la única solución del problema político de Nicaragua era la lucha armada, porque allí no había elecciones libres, no había partido político, no había oposición, no había prensa libre. Incluso los obispos de Nicaragua, que eran conservadores y reaccionarios, reconocieron que era legítima la lucha de la guerrilla. En esos años tuve encuentros con Carlos Fonseca (fundador del FSLN) que me invitó a que fuera como sacerdote de la guerrilla y poco a poco fui acercándome a ellos. De manera que cuando triunfó la revolución ya éramos la revolución nosotros también.

-¿Qué pasó luego?

Fueron años muy bellos de revolución, pero que también se frustraron por la injerencia de Estados Unidos que hizo que perdiéramos unas elecciones y se perdió la revolución después de perder las elecciones. La pérdida de las elecciones hizo que algunos dirigentes perdieran la moral y empezaran a robar y esto acabó con la revolución. He escrito mis memorias en tres tomos. El tercero se llama "La Revolución Perdida" porque ya no hay revolución allá y ahora me tienen aquí.

-¿Cuáles son los temas que demandan en forma más urgente un cambio rotundo en Nicaragua?

Volver a la democracia, ahora no hay democracia, la democracia la creó la Revolución Sandinista hasta con elecciones libres, hasta perdiendo las elecciones, entregando el poder, pero cuando se corrompió antes de entregar el poder al nuevo gobierno, robando muchísimo para el partido, abiertamente para ellos mismos, eso hizo que ya no fuera revolución, y se convirtió en un partido político corrompido como han sido muchos otros en América Latina, eso hizo que Nicaragua no siguiera como lo hizo Cuba. Télam