Las provincias argentinas están experimentando un período de austeridad fiscal sin precedentes debido a una marcada disminución en los recursos financieros disponibles. Este ajuste es parte de un esfuerzo más amplio tanto de Nación como de las provincias para lograr un equilibrio financiero que podría facilitar su regreso a los mercados internacionales de deuda en 2025.

En abril de 2024, el Sector Público Nacional (SPN) mostró un superávit financiero, una señal de mejora en la administración de sus finanzas, aunque los ingresos cayeron un 5% en términos reales. Simultáneamente, se registró una notable reducción del 32% en el gasto primario, con cortes drásticos en varias partidas, incluyendo transferencias a provincias y subsidios económicos.

Las provincias, enfrentando un escenario de menores transferencias discrecionales de la Nación y un acceso muy limitado al endeudamiento, han tenido que hacer ajustes significativos. La disminución de los ingresos provinciales es notable, con una caída general del 15% en términos reales en lo que va del año, influenciada por menores transferencias y una recesión económica que reduce la recaudación tanto nacional como provincial.

Este año, las transferencias discrecionales que la Nación envía a las provincias se han reducido drásticamente. Además, los recursos de coparticipación del impuesto a las ganancias han disminuido un 38% anual debido a reformas fiscales implementadas por la administración anterior. Este entorno fiscal restrictivo ha forzado a las provincias a reducir significativamente su gasto de capital y, en algunos casos, incluso su gasto corriente para evitar desequilibrios financieros.

Hasta la fecha, 19 jurisdicciones necesitarían recortar aún más sus gastos corrientes para alcanzar el equilibrio en 2024, mientras que 12 deberían eliminar por completo el gasto de capital. Estos esfuerzos se reflejan en las reducciones observadas en el gasto en personal, que en algunos casos supera el propio gasto corriente.

Algunas provincias como Mendoza y La Pampa han mostrado un aumento en el gasto de capital en 2024, destacando la variabilidad de la situación fiscal a nivel provincial. Sin embargo, la mayoría ha mostrado reducciones sustanciales, indicativo de la profundidad de los ajustes necesarios para mantener la solvencia financiera.

Si bien estos ajustes presentan desafíos significativos, son pasos necesarios hacia la estabilización financiera que podría permitir a Argentina reingresar a los mercados internacionales de deuda en 2025. Este acceso es crucial para financiar tanto el servicio de la deuda como para potencialmente aumentar la inversión pública, la cual ha sido severamente recortada en el año en curso.