Ella contó que fue "censurada" y no pudo publicar un artículo que le había pedido la asociación de diarios de los Estados Unidos, "porque no iban a ir en contra de lo que estaban haciendo sus socios", dijo Chy. Y agregó, terminante: "El futuro de los diarios es impreso. Después de 22 años de transformación digital, los diarios de Estados Unidos no encontraron un modelo de ingresos viable para cualquiera de sus productos digitales", aseguró

ante casi un centenar de directivos, periodistas y académicos reunidos el viernes pasado en el Espacio Digital Multimedia de Adepa. Chyi desmontó muchas premisas que se suelen adoptar acríticamente, después de más de dos décadas de experimentación en el terreno digital, a partir del lanzamiento de las primeras páginas web entre principios y mediados de los 90, los ingresos de los diarios siguen proviniendo, en un 90% a escala global, del papel. Este es uno de los primeros datos en el que se paró Chyi para analizar los resultados de la transformación digital.

Luego recorrió la sucesión de "balas de plata digitales" que dominaron la escena en estos años. La aparición de los e-readers, luego las tablets, los smartphones, los smartwatches, los dispositivos de realidad virtual. "Todos se presentaban como la salvación del periodismo y, en poco tiempo, quedaba demostrado que no lo eran. Lo cierto es que, después de 20 años, los diarios no encontraron ningún modelo de ingresos viable para ninguno de sus productos digitales", advirtió.

En su presentación, la profesora Chyi mostró, apoyándose en datos de la News Media Alliance, que los ingresos publicitarios provenientes de sus ediciones online se estancaron en la última década sin lograr superar el 20% de los ingresos publicitarios totales. "Y el predominio del papel se repite en suscripciones, la moda del momento.

Lo curioso, resalta Chyi, es que en todo este tiempo acumulamos y abrazamos pronósticos apocalípticos para las ediciones impresas que no se cumplieron.

A los vaticinios oscuros se agregaron preceptos "Digital first, print last", "Digitales a la conducción", "Foco en la web"- y medidas que socavaron las bases económicas de los medios gráficos.

Finalmente, afirma Chyi, medimos nuestra performance con métricas equivocadas: comparamos usuarios únicos mensuales contra ejemplares vendidos por día. Peras con manzanas. "Necesitamos métricas adecuadas para una estrategia realista", dice la investigadora de la Universidad de Texas: Índices que reflejen adecuadamente la influencia y la eficacia de cada soporte. "Un ejemplar pasa por varios lectores. La lectura promedio en papel tiene una media de 15 minutos contra dos de una edición digital; y una lectura concentrada contra un consumo cruzado y superficial propio de internet.

Neil Thurman, profesor de la Universidad de Londres, muestra cómo la lectura en papel adecuadamente medida (ejemplares promedio diario multiplicados por readership, multiplicados por minutos promedio de lectura y mensualizados, a partir de las estadísticas de la encuentra nacional de lectura y del instituto verificador de circulación del Reino Unido) le gana a la lectura de las ediciones digitales del mismo medio (visitas únicas por mes multiplicados por minutos de lectura). Esto se reproduce en una escala similar en los diarios norteamericanos.

Hipótesis

¿Por qué las ediciones impresas se imponen sobre las versiones digitales? Chyi ensaya una explicación: "En primer lugar, es difícil valorar lo que se ofrece gratuitamente duramente mucho tiempo -hay muchos experimentos sobre consumo que muestra la relación entre precio y apreciación en el consumidor-. En segundo lugar y fundamentalmente, creo que lo impreso y lo digital no son bienes equivalentes. La edición digital, en términos gastronómicos, equivale al ‘fast food’ y la impresa a la comida gourmet. Los diarios son restaurants que se vieron rodeados de McDonald´s (Facebook y Google). No deberían empezar a vender hamburguesas -porque nunca le ganarán a McDonald´s".

"Al papel le va mejor con los lectores, que al digital. Es que la gente prefiere leer noticias en soporte de papel, por cuestiones físicas, psicológicas y biológicas", sostuvo Iris Chyi. Y añadió que las noticias en el papel están mejor desarrolladas, alcanzan a más lectores, que a su vez dedican más tiempo para leerlas y pagan más por ellas.

Por ejemplo, los lectores británicos dedican menos de 30 segundos por día para leer noticias online, mientras que invierten 40 minutos diarios para las noticias en papel. En los Estados Unidos, la gente le dedica 2,5 minutos diarios en promedio a los principales diarios digitales, pocos segundos menos que en 2014.

"No hay ningún lazo de lealtad de los lectores con los sitios de noticias digitales", aseguró Chyi. En cambio, "el papel tiene mejor desempeño", ya que el 86% de los que leen noticias lo hacen en soporte de papel, de los cuales el 20% también usa plataformas digitales para informarse y sólo un 14% utiliza exclusivamente diarios digitales.

Concluye Chyi: "Los diarios no pueden seguir financiando sueños no realistas. Los lectores no son agnósticos respecto de las plataformas. Ellos prefieren el papel. Y allí está la ventaja competitiva de los diarios. Los editores deberían dejar de lado su tecnofilia y su papirofobia. La demanda de cualquier producto la determinan los consumidores. Lo bueno es que los diarios tienen un futuro. Y ese futuro es un futuro de papel".