Creemos reafirma el 21F como símbolo de rechazo a la reelección y advierte sobre el intento de retorno de Evo Morales
Hoy se cumplen nueve años del referéndum del 21 de febrero de 2016, una fecha que marcó un punto de inflexión en la política boliviana. En aquella jornada, la ciudadanía acudió a las urnas para decidir si se modificaba el artículo 168 de la Constitución, permitiendo la reelección presidencial más allá del límite establecido. Con un 51,3% de votos en contra, la propuesta fue rechazada.
El diputado Walthy Egüez, de la alianza Creemos, recordó el significado de esta fecha y aseguró que el resultado del referéndum fue una expresión democrática en contra de la reelección indefinida.
“El 21F dejó un mensaje claro: Bolivia no aceptará ninguna forma de imposición y defenderá la democracia”, expresó Egüez.
El referéndum de 2016 fue seguido por un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en 2017, que habilitó nuevamente la reelección de autoridades bajo el argumento de que reelegirse era un derecho humano, decisión que generó un amplio debate político y social en el país.
Debate sobre la habilitación de Evo Morales
A pesar del resultado del referéndum, Evo Morales fue candidato en las elecciones de 2019, en un proceso que posteriormente fue anulado por denuncias de fraude. En la actualidad, el expresidente ha anunciado su intención de postularse nuevamente en los comicios de 2025, bajo la sigla del Frente Para la Victoria (FPV). Sin embargo, su postura es cuestionada debido a una reciente sentencia del TCP (Auto Constitucional 0083/2024-ECA), que ratifica que la reelección indefinida no es un derecho humano.
Egüez advirtió que esta decisión debe ser acatada y que cualquier intento de desconocerla podría generar nuevas tensiones en el país. Por su parte, sectores afines a Morales han insistido en que su candidatura es legítima y han anunciado la conformación de un congreso nacional en el Trópico de Cochabamba para reorganizar su estructura política.
Impacto del 21F en la política boliviana
El 21 de febrero se ha convertido en una fecha emblemática en el calendario político del país, ya que simboliza la voluntad popular expresada en las urnas. La jornada de 2016 es recordada por sectores opositores como un triunfo de la democracia y la soberanía del voto, mientras que el oficialismo ha mantenido que el contexto político ha cambiado y que las reglas electorales deben responder a la realidad actual.
A medida que Bolivia se acerca a un nuevo proceso electoral, la discusión sobre el 21F y su impacto en la candidatura de Morales sigue siendo un tema de debate entre diferentes sectores políticos y sociales.