En entrevista con El Popular Bolivia, el economista José Gabriel Espinoza advirtió que Bolivia se encuentra al borde de una nueva fase inflacionaria, producto de decisiones políticas que, a su criterio, priorizan la campaña electoral por encima de una gestión económica responsable.

Según el analista, la falta de divisas en el país está provocando una escalada sostenida en el tipo de cambio paralelo, mientras que el excesivo gasto público, impulsado desde el Banco Central, genera presión inflacionaria sin soluciones estructurales a la vista.

“Estamos ante un escenario de precios más altos, salarios que pierden valor real y una devaluación que terminará afectando a todos los sectores”, sostuvo Espinoza.

A esto se suma el reciente incremento salarial del 10% al mínimo nacional y 5% al haber básico, que, en palabras del economista, no solo es insuficiente para reponer la inflación acumulada del 2024 y lo que va de 2025, sino que también podría alimentar más inflación y provocar cierres de empresas, principalmente pequeñas y medianas.

Espinoza también explicó que el ingreso per cápita está en retroceso, es decir, que mientras la población crece, cada boliviano tiene menos ingresos disponibles. “Esto muestra que la economía no está generando riqueza suficiente para todos, y que estamos retrocediendo en términos de desarrollo”, puntualizó.

Finalmente, alertó que si no se revierte el actual rumbo de la política económica, la pérdida del poder adquisitivo será inevitable y con ello aumentará la informalidad, el desempleo y la presión social.