"Fue una experiencia muy enriquecedora, porque como las chicas se estaban preparando para los compromisos que se vienen estuvimos entrenando muy duro toda la semana, tanto en la parte física como táctica. Obviamente se incluye toda la parte de gimnasio, que en el Cenard hay una disponibilidad extraordinaria, así que en todos los aspectos fue una semana muy fructífera, que la pude vivir a pleno" celebró Valentina, que en estos días está terminando la cursada en la carrera de profesorado de educación física.

"Las evoluciones siempre han sido muy buenas; desde la primera vez que fui para allá. La gente del cuerpo técnico me comentó que había estado a la altura y que siguieran trabajando los aspectos que ellos necesitaban para cambiar mi posición de central a extremo. Esta última vez me dijeron que me vieron mejor, que le voy agarrando la mano al ritmo de juego, a los entrenamientos, por eso tengo que seguir siendo para allá, para seguir laburando y seguir mejorando" apuntó la chica carbonera.

Nada que brille demasiado en el horizonte la confunde. "Por ahora voy viviendo el día a día, y no me pongo a pensar mucho en los compromisos futuros de la selección argentina, porque desde un primer momento me aclararon que este es un proceso a futuro y que no me servía de nada generar tantas expectativas. Entonces me lo tomo con calma, sabiendo que si hago las cosas bien en un futuro voy a tener mi oportunidad" enfatizó.

La relación entre la selección argentin no se cortó para lo que resta de 2015. "El entrenador (Eduardo Peruchena) me dijo el jueves, cuando nos vimos por última vez, que vaya para Buenos Aires mientras el equipo está jugando el Mundial, así me quedo entrenando y generando más roce con las mayores que se van a quedar, con las juniors, cosa de no perder el entrenamiento. También me dejaron un plan de trabajo en el día a día, para que yo pueda seguir mejorando el aspecto individual en el lugar donde estoy".