"Desde que empecé en la empresa, en 2008, siempre hemos ido creciendo; algunos años un poco más, otros un poco menos... Este año tuvimos un fuerte crecimiento y hemos solventado mucho el sistema de gestión, de administración y de personal para que los próximos pasos sean más solventes". Las palabras corresponden a Nicolás D''Alessio, titular de Imeda Ingeniería SA, una empresa olavarriense que creó su padre, Héctor Daniel, en 1984.

A sus 31 años, Nicolás asegura que la firma se ha ido diversificando, ha ido incorporando distintos servicios con el paso del tiempo. Esa característica ha hecho que Imeda Ingeniería sea lo que es hoy: una importante empresa que trabaja para industrias cementeras, cerámicas y de explosivos, además de hospitales, cooperativas eléctricas y municipalidades.

Ubicada en el Parque Industrial Olavarría V (PIO V) desde 2010, Imeda Ingeniería cuenta actualmente con 80 empleados, muchos más de los cuatro o cinco que eran en 2008, cuando Nicolás ingresó a trabajar de la mano de su padre. Desde más de tres años, la tarea de llevar adelante la empresa familiar recae en las manos de este joven ingeniero electromecánico que tuvo que tomar las riendas de la firma con apenas 26 años.

"Cuando empecé a trabajar acá, en 2008, las condiciones eran buenas. No recuerdo mucho, pero entiendo que durante 2008, 2009 y 2010 el país tuvo un crecimiento muy importante; todas las industrias hacían obras y entonces me subí al barco con viento a favor", cuenta con la intención de graficar la historia que lo llevó a ser empresario cuando todavía no había llegado a los 30.

Entonces el mayor desafío para Nicolás no consistió en vencer el miedo a tener una empresa a cargo. Todo lo contrario. "Lo que más costó fue la parte afectiva, fue no tener a mi viejo. Pasó por ahí, más que nada", dice a tres años y medio de haber perdido a su padre. "En la empresa el trato con mi viejo siempre fue muy de laburo, incluso en mi casa se hablaba de trabajo", recuerda Nicolás desde su moderna oficina.

Cuenta, además, que a muy temprana edad supo que seguiría los pasos de su padre. "Me preguntabas en segundo grado de la primaria qué iba a hacer y yo te decía que iba a ir a la Escuela Técnica y después iba a estudiar Ingeniería para trabajar en la empresa de mi viejo. Siempre lo tuve claro", afirmó.

Hasta que no tuvo su título en mano, Nicolás mantuvo un vínculo tibio con Imeda Ingeniería. "Mi papá siempre quiso que mientras estudiara el trabajo no me consumiera tiempo. Por ahí en vacaciones me llevaba a alguna obra, pero estuve relacionado muy poco con la empresa durante mi paso por la Universidad", dice.

"Es más, la Facultad tiene como condición para que te recibas tener 200 horas rentadas de experiencia laboral. Una especie de pasantía que yo hice en Cementos Avellaneda, en la Dirección de Ingeniería Eléctrica, y que me sirvió mucho para hacerme de conocimientos que por ahí en la carrera son difíciles de adquirir. Ahí estuve diez meses y después empecé acá, en Imeda", agregó.

Desde 1984 y durante varios años la empresa prestó servicios a las cementeras, a las cooperativas de electricidad y a clientes locales. "Cuando me sumé al trabajo continué los trabajos que mi papá hacía y empezamos a agarrar obras más grandes".

Fue cuando "empezamos a incluir otras actividades como vender servicios de energía, proyectos a cementeras, a clientes particulares y a cooperativas. Con el paso del tiempo, además de crecer en lo que era nuestro rubro que era montajes industriales, principalmente de infraestructura eléctrica, lo que fuimos haciendo fue sumar distintas actividades a la empresa", cuenta Nicolás.

Y explicó que "inicialmente eran actividades de la construcción -en 2010 iniciamos las primeras obras-. Ahí es como que nació una nueva división en la empresa que hoy en día representa mucho. En 2011 y 2012 continuamos haciendo ese tipo de obras, cada vez más grandes. Y después empezamos a licitar servicios de mantenimiento, de limpieza y de climatización, entre otros".

En definitiva, "empezamos a diversificarnos. Se dio todo como un proceso en el que uno empieza a ofrecer un servicio o un tipo de obra (ofrecer significa que te invitan a licitarlos) y después, en la medida que podés ir ganándolos y tenés continuidad en eso, creás una nueva división", señaló Nicolás.

En este camino, Imeda brinda "todo tipo de servicios y obras para la industria, desde ingeniería hasta trabajo de obras y servicios adjudicados de todos los rubros: de construcción, pavimentación, obras electromecánicas, eléctricas y automatización, entre otros".

"En lo que respecta de las obras eléctricas, si bien es importante para la empresa porque es con la que la mayoría de los clientes nos identifica; hoy en día -por lo menos en lo que es facturación- nos representa mucho lo que es la construcción, la parte metalúrgica y los servicios que tenemos. Esa diversificación nos ha brindado poder mantener el nivel de actividad. Cuando no hay mucho trabajo de una cosa tenemos de otra. La cantidad de pedidos y cotización también es mucho más grande, entonces uno puede elegir qué le conviene", continuó diciendo el joven empresario olavarriense.

Nicolás sintetiza la historia de la empresa asociándola siempre al crecimiento, "principalmente en los últimos años a partir de los cambios que hemos realizado en lo que respecta a la gestión y organización. Nos hemos preparado para que los próximos pasos de crecimiento estén consolidados", aseguró.

"En los primeros años hacíamos obras menos o más importantes, pero dependían mucho de mí, de poner todo para que las cosas salgan bien. Hoy siento que estamos un poco más solventes en lo que respecta a poder asumir nuevos desafíos. Estamos preparados. Antes, primero crecíamos y después veíamos cómo nos acomodábamos para que esa base sea más firme. Ahora, en este último año, hemos solventado mucho el sistema de gestión, de administración y de personal para que los próximos pasos sean más solventes", terminó diciendo Nicolás D''Alessio.